Salas
Crítica de “Vladimir”: Daniel Aráoz y Carlos Belloso en un thriller sobre la inspiración artística
Martin Riwnyj (director y artista plástico) pone de manifiesto cómo los estados de ánimo y las vivencias personales estimulan la creación de grandes obras.
Vladimir (2024) presenta a un artista del mismo nombre (Daniel Aráoz) en medio de una profunda falta de inspiración creativa, mientras mantiene un estilo de vida bohemio pero costoso. Además, se enfrenta a la presión de su agente para producir obras que pueda vender.
En una de las fiestas habituales que organiza con amigos y colegas, ocurre un evento inesperado que transforma la película en un thriller policiaco de manera temprana, aunque este giro pronto da paso a otro misterio que se desarrolla sin demasiada influencia de agentes externos, más bien sirve como un "McGuffin" para avanzar la trama.
El guion carece de un hilo conductor sólido y se siente bastante endeble. Lo que realmente sostiene la película son sus impresionantes imágenes, dignas de un director versado en el dibujo, y las cautivadoras actuaciones de Daniel Aráoz como el protagonista principal y Carlos Belloso como el vecino turbio y enigmático.
Aunque la película no resulta aburrida, acierta al limitar su duración a 72 minutos. Extender el desarrollo de los personajes secundarios sería tedioso, ya que no logran generar empatía con el espectador. En su lugar, el conflicto interno del artista se convierte en el aspecto más estimulante de la película.
