74 Berlinale
Crítica de "Los tonos mayores", Ingrid Pokropek y un viaje adolescente a través del misterio morse
Ingrid Pokropek, una directora emergente en el mundo del cine, nos sorprende con su ópera prima "Los tonos mayores" (2023), una película que se sumerge en el mundo de la temprana adolescencia a través de un enigmático misterio.
La trama se adentra en la vida de Ana, una joven que, debido a un accidente previo, se ve en la necesidad de portar una prótesis metálica en uno de sus antebrazos. Sin embargo, su vida da un giro inesperado durante las vacaciones de invierno cuando comienza a experimentar sucesos verdaderamente extraordinarios. Su brazo artificial se convierte en una especie de antena, captando mensajes en código morse. Estas misteriosas señales se presentan a diario, pero su frecuencia varía constantemente, avivando la curiosidad tanto de Ana como de sus amigos.
Los tonos mayores combina elementos de la realidad con el género fantástico, empleando una narrativa que explora los desafíos y descubrimientos típicos de la adolescencia. Al mismo tiempo, rinde homenaje a la rica y variada geografía de la Ciudad de Buenos Aires. La narración logra un equilibrio perfecto entre el misterio y la aventura, evocando recuerdos de obras como Super 8 (2011), donde lo desconocido se mezcla con la cotidianidad de manera natural.
Ingrid Pokropek nos adentra en un mundo cinematográfico que va más allá de la mera narrativa, transformándose en una alegoría de la experiencia humana y la búsqueda de identidad en medio de un entorno urbano en constante metamorfosis. La película no se limita a relatar la historia de Ana y sus amigos mientras desentrañan el enigmático código, sino que ahonda en la complejidad de las relaciones humanas y la interacción entre el individuo y su entorno.
El "misterio" en la trama no es simplemente un elemento fantasioso, sino que actúa como un catalizador que revela aspectos más profundos de la psicología de los personajes. La recepción de mensajes en código morse por parte de Ana simboliza la idea de que todos los individuos llevan consigo sus propias "antenas" sensoriales que les permiten sintonizar con las señales emocionales y sociales que emanan de su entorno.
Los tonos mayores sumerge al espectador en un universo donde los desafíos de la adolescencia se entrecruzan con un enigma que estimula la imaginación. Cada desarrollo de la historia se siente auténtico y fluido, gracias a la convincente actuación del elenco, que incluye a actores destacados como Pablo Seijo, Sofía Clausen, Lina Ziccarello y Santiago Ferreira.
