Salas

Crítica de "Beekeeper: sentencia de muerte", Jason Statham demuestra una vez más su eficacia en el género de acción

"Beekeeper: sentencia de muerte" (The Beekeeper, 2024) es quizás una de las películas más lograda del director David Ayer -"Harsh Times", "Street Kings, End of watch", "Sabotage", "Suicide Squad", "Brigth"-, hasta el momento.

viernes 26 de enero de 2024

Jason Statham interpreta a Adam Clay, un hombre solitario y misterioso que se dedica a la apicultura en el campo que le renta a la amable Eloise (Phylicia Rashad). Cuando Adam descubre una red de estafas de la cual su querida amiga Eloise es víctima, decide vengarse. A partir de allí, iremos descubriendo que Adam es más que un simple apicultor, es un ex agente de los “Beekeepers” (“apicultores”), un servicio secreto con integrantes temerarios.

El personaje de Adam es el encargado de impartir la tesis social del film, para él “robarle a un viejo es peor que robarle a un niño” porque los viejos no tienen quien los defienda, puesto que en la sociedad actual los viejos no le importan a nadie. Asimismo, otro de los ideales que se expresa a través del protagonista es que la tradicional dicotomía entre el bien y el mal parece no estar vigente, “it´s not fashionable” (“no está de moda”), por ende, este justiciero desea restaurar el orden, y volver a poner de moda el bien por sobre el mal. Por último, la tercera tesis ideológica que le plantea Adam a Verona (la hija de Eloise y policía del FBI) es que a veces hay que elegir entre la justicia y la ley. Por estas tres cuestiones, este Beekeeper por fuera de toda cadena de mando, de forma independiente será implacable para conseguir su objetivo, aunque la red de corrupción involucre al gobierno de turno. Porque un Beekeeper siempre debe “exponer la corrupción y proteger la colmena”. Dentro de esta lógica de un “apicultor de la acción”, éste funciona como una especie de verdugo -en el sentido medieval del término-, puesto que sus castigos son públicos y ejemplificadores, dejando claros mensajes.

Al igual que la mirada del protagonista que mantiene ciertos ideales tradicionales, la película esboza una crítica contundente sobre los modelos de estafas piramidales y sobre las generaciones jóvenes. En la cúspide de esta pirámide corrupta se encuentra Derek, un joven adinerado y malcriado de 28 años (Josh Hutcherson), lleno de excesos e incapaz de atenerse a los límites. Su conducta errática se sostiene gracias Wallace Westwyld (Jeremy Irons), un ex agente de la CIA que por pedido de su madre le cubre los errores. 

Una vez más el texto estrella de Jason Statham lo legitima como un héroe del género de acción, el espectador ya espera cada escena pensando “haz lo tuyo Jason” (en tono de “haz lo tuyo Bart”). Gracias a la efectividad en el rol de Statham y al ritmo que posee un crescendo la película resulta muy dinámica y entretenida. Incluso, posee algunos momentos con un poco de violencia explícita, pero del tipo que termina por producir algo de comicidad. Sin dudas, Beekeeper: sentencia de muerte logra cumplir con las expectativas del público, con lo que se espera de este tipo de género cinematográfico.        

8.0
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