Crítica de "Juego de roles", Kaley Cuoco y David Oyelowo en una trama predecible y desaprovechada

La historia sigue a Emma Brackett (Kaley Cuoco), una asesina internacional que lleva una vida secreta oculta a su esposo Dave (David Oyelowo). La pareja decide avivar la llama de su matrimonio mediante un juego de roles en un hotel de Nueva York, pero las cosas se complican cuando la verdadera identidad de Emma es descubierta por otro asesino, Bob (Bill Nighy), poniendo en peligro a toda la familia.

El desarrollo de la trama sigue un camino previsible, sin brindar sorpresas ni revelar giros inesperados. La revelación de la doble vida de Emma parece forzada, y la inclusión de personajes adicionales, como el antagonista Bob y la mentora de Emma, Gwen Carver, interpretada por Connie Nielsen, no logra aportar elementos novedosos al relato.

A pesar de contar con un elenco talentoso, que incluye a Kaley Cuoco y David Oyelowo, los personajes adolecen de un desarrollo convincente. Aunque Cuoco desempeña sólidamente su papel como Emma, la falta de matices en su personaje y la ausencia de química con Oyelowo limitan la conexión emocional con el público.

A medida que la trama avanza, la película va perdiendo intensidad y adquiere un tono cada vez más inverosímil, en ocaciones forzado, limitándose a una persecución por las calles de Berlín y a tiroteos poco efectivo. La potencial comicidad, que podría haber sido un elemento atractivo, brilla por su ausencia en los momentos cruciales.

A pesar de cumplir con las expectativas superficiales, Juego de roles se ve limitada en la exploración de su potencial escenario crítico. Aunque dispone de un elenco competente, la carencia de desarrollo en los personajes, una trama previsible y situaciones poco convincentes contribuyen a que la película se desvanezca en el vasto panorama cinematográfico actual.