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Crítica de “Wish: El poder de los deseos”, una celebración fallida por los 100 años de Disney

En el año de la celebración por el centenario de la compañía creada por Walt Disney, esta película tiene el objetivo de homenajear, representar y celebrar a la empresa y todas sus producciones con una historia que contenga su magia.

lunes 01 de enero de 2024

En esta historia conocemos al reino mágico de Rosas, donde Asha, una adolescente bastante ingeniosa y soñadora, pide un deseo tan poderoso que es escuchado por una fuerza cósmica: una pequeña esfera de energía ilimitada llamada Estrella. Ahí, Asha y Estrella, se enfrentan al rey Magnifico, quien fue el encargado de ilusionar a las personas y no cumplirles sus deseos, para salvar a su comunidad y demostrar que, cuando la voluntad de una persona valiente se une a la magia de las estrellas, pueden ocurrir cosas maravillosas.

Para que su concepto inicial tenga algo relacionado a su creador y así homenajear de forma correcta a la productora, Wish: El poder de los deseos (Wish, 2023) se basa en algo que Walt Disney decía cuando tenía que describir el objetivo de su compañía: que los deseos de las personas se hagan realidad. Partiendo de esta base, la cinta suma varios tintes musicales y crea todo un universo alrededor de esa idea para transmitir el mensaje a su audiencia.

Por el lado de su guión, esta suerte de homenaje empieza a contener fallas desde el vamos, comenzando con un ritmo vertiginoso para presentar a Magnifico, su villano. Cosa que sirve para entender el contexto y conocer su historia de antemano, pero al mismo tiempo este ritmo tan acelerado falla y deriva en un escaso enfoque al presentar a Asha, su protagonista. Esto da como resultado un desarrollo confuso, con personajes planos y con bruscos saltos en la trama que van de la mano de varios huecos argumentales. Aunque el folklore que rodea su historia sea muy bueno e interesante para reflexionar, igualmente no termina de explicarse bien para lograr que el público se adentre en el tema.

Al ser un musical, las canciones no podían ser menores y, en este caso, forman una parte importante de la narrativa conteniendo ritmos bastante pegadizos, grandes interpretaciones y letras (en la versión original) que sirven como una suerte de catarsis del momento por el que está pasando el personaje que la interpreta.

En su diseño de animación también se puede observar la gran disposición que tiene la cinta para homenajear el centenario de la empresa, exhibiendo una técnica bastante similar a la de Spider-Man: un nuevo universo (Spiderman Into the Spider Verse, 2018) en la que se hace una mezcla entre el 3D hiperrealista y el 2D tradicional, pero con una vuelta de tuerca bastante alejada de la técnica utilizada en la película de la araña para hacer el intento de mostrar algo innovador que se aferre a la animación tradicional de Disney. Aquí se representan los escenarios de una forma en la que se mantienen completamente estáticos como si fuera la escenografía de una obra de teatro. Pero aunque todo esto suena muy prometedor, la gran falla aparece en el diseño de los personajes, quienes carecen de emociones por sus rostros totalmente inexpresivos.

Wish: el poder de los deseos es una pieza bastante perezosa que aparenta no tener ganas de ejecutar, como si fuera un rompecabezas incompleto con ganas de ser finalizado, y que pretende que la magia que rige su universo sea quien la salve y la convierta en un homenaje recordado, pero solamente termina siendo un proyecto bastante correcto con un bellísimo y desaprovechado arte.

4.0
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