Crítica de “Nefarious”, una charla entre un hombre de ciencia ateo y el Cristo de los demonios

Seria hermoso pensar que todo lo malo que pasa en nuestra sociedad, no solo localmente si no en la redondez del planeta, es obra de uno o más demonios que se esconden entre nosotros, enmascarados como Tito, el dueño del puesto de diario que siempre te cuenta los chismes de los vecinos; Jorge, ese compañero de trabajo facho que no tolera la justicia social; o Natalia, la presidenta del centro de estudiantes de la universidad que no se cansa de subir contenido progre a su instagram desde su último Iphone. Exactamente eso es lo que nos propone Nefarious (2023).

La pelicula nos presenta a Edward Wayne (Sean Flanery, Nacido para ganar) un convicto a punto de recibir la pena de muerte por una supuesta serie de asesinatos (de los cuales solo conocemos el ultimo) y que debe ser analizado por el psiquiatra James Martin (Jordan Belfi, American Curious), para definir si esta mentalmente enfermo o debe pagar con su vida por sus crimenes. Durante su charla, Edward le confiesa ser un demonio y como él, el doctor Martin, será su apóstol luego de su muerte, dando a conocer su historia y su plan a las personas a través de un libro que el mismo James deberá escribir. 

La película vino rodeada de controversia en las redes, como todo contenido que toque temas tan intrincados como la fe y la iglesia. Extremistas de un lado y gente en contra de las instituciones religiosas del otro, se enfrascaron en un ida y vuelta criticando fuertemente la idea detrás del film. La charla entre los personajes se podría tomar como una “bajada de línea” eclesiástica por parte de la iglesia, principalmente por cómo aborda temas socialmente muy tratados hoy en día, quizás con una solemnidad que desenfoca el tono satírico e irónico de la película. El mismo final tuvo el libro del cual se despega la cinta, “A Nefarious Plot”, recibiendo un aluvión de elogios y críticas en partes iguales.

Quizás su peor error es categorizarla como película de terror. No tiene nada que ver con el género, desde ningún foco podremos conectarla con él y confunde a los espectadores, dejándolos pensar que existe la posibilidad de ser asustado en ella. Sin embargo, es una película interesante de ver, por sus planteos, por su idea y su simpleza minimalista, dándonos solo un escenario donde transcurre gran parte del relato, enfocando el peso de la trama en sus diálogos.