Crítica de "Rustin", Colman Domingo y una mirada a la vida de un héroe olvidado

Bayard Rustin (1912-1987) fue un destacado activista por los derechos civiles nacido en 1912 en Pensilvania, cuya influencia y contribuciones radicales marcaron la historia de los movimientos sociales en la década de 1960. Rustin, desafiante y apasionado, se convirtió en una figura clave en la lucha por la igualdad y la justicia social.

Su papel crucial como principal organizador en la planificación de la icónica Marcha sobre Washington en 1963 fue fundamental en su trayectoria, trabajando de cerca con Martin Luther King. A pesar de esta destacada contribución, su orientación sexual LGBTQI+ y sus convicciones políticas lo marginaron de las narrativas históricas dominantes.

Colman Domingo, conocido por su participación en Euphoria, asume el papel protagónico, dando vida a Rustin de una manera que trasciende la simple imitación. En vez de presentar a Rustin como un héroe perfecto, Domingo se sumerge en la humanidad del personaje, exhibiendo sus defectos y conflictos con destreza. A través de monólogos que irradia dolor, ira y esperanza, logra comunicar la pasión, terquedad y bondad intrínseca del hombre. Su actuación no solo capta las expresiones y la manera de hablar de Rustin, sino que también desentraña la complejidad emocional que define al personaje.

A pesar de la brillante actuación de Domingo, la película en su totalidad no logra destacarse de manera significativa en comparación con otras producciones similares. Se percibe la sensación inevitable de que tanto la relevancia del personaje como la actuación excepcional de Domingo merecerían un enfoque más audaz y apasionado para verdaderamente resaltar todo su potencial.

El guion de Julian Breece y Dustin Lance Black teje habilidosamente las diversas relaciones en la vida de Rustin, sin descuidar el evento central de la Marcha sobre Washington. Cada conflicto está representado de manera sólida por personajes bien definidos, aunque el clímax carece de cierta fuerza. En general, el conjunto de la narrativa, que evita tomar riesgos estéticos y estilísticos, se mantiene equilibrado de manera coherente y resulta entretenido.

Rustin cumple con el objetivo de rescatar del olvido la figura de Bayard Rustin y resaltar su contribución a la lucha por los derechos civiles. Aunque carece del riesgo que la historia merece, invita a la reflexión sobre la marginalización de ciertos héroes en la historia.