Crítica de "Camuflaje", Jonathan Perel, Félix Bruzzone y las secuelas que la dictadura nos dejó

En 2006, Bruzzone se instaló en las cercanías de la base militar de Campo de Mayo y poco después descubrió que su madre, Marcela, había sido detenida y desaparecida en ese mismo lugar. Esta revelación desencadenó una carrera creativa que comenzó con la obra teatral de Lola Arias, Campo de Mayo, seguida por una novela con el mismo título. Como parte de su búsqueda de respuestas a través de distintos lenguajes artísticos, surgió Camuflaje, en la que retoma ciertos aspectos ya explorados y los presenta dentro de un nuevo contexto.

Camuflaje sigue el recorrido de Bruzzone mientras corre por los límites que rodean Campo de Mayo. Durante sus carreras, se entablan conversaciones que permiten reconstruir, a través de diferentes aspectos, la complejidad del lugar. En una de ellas, se encuentra con un desarrollador inmobiliario que describe las transformaciones arquitectónicas del área. Por otro lado, una sobreviviente de "El Campito" lucha por plantar un memorial en honor a las víctimas del lugar, mientras tres artistas se adentran en las barracas abandonadas en busca de inspiración para una obra colectiva. Además, una joven recolectora de tierra busca proporcionar un sentido de pertenencia a través de objetos simbólicos, y un paleontólogo presenta un proyecto para crear un parque público. Cada uno de ellos aporta una perspectiva única que permite analizar diversos aspectos, que van desde lo geográfico hasta lo social, pasando por lo antropológico, lo humano y lo político.

Si a lo largo de su filmografía, Perel parecía mantener una coherencia estética e ideológica ligada al cine observacional, que a veces podía resultar demasiado críptica, en Camuflaje ese dispositivo se mantiene pero con una clara apertura hacia lo narrativo. A través de la combinación de elementos vinculados al documental de observación con el formato de la entrevista y el ensayo político, sin dejar de lado la exploración artística y la catarsis personal, el director de El Predio (2010) y Responsabilidad Empresarial (2020) reflexiona una vez más sobre la memoria y aquellos espacios que la dictadura nos legó.

En el contexto del estreno, la Sala Lugones realiza una retrospectiva de la obra del autor denominada “Integral Jonathan Perel”.  

La retrospectiva de la obra de Perel está integrada por cuatro largometrajes (El Predio (2010-58’), 17 monumentos (2012-60’). Toponimia (2015-82’), Responsabilidad Empresarial (2020- 68’), un mediometraje (Tabula rasa (2013-42’) y tres cortos (Los murales (2011-12’), Las aguas del olvido (2013- 9)’, 5-T-2 Ushuaia (2016-4’) y se desarrollará entre el jueves 23 y el miércoles 29 de marzo.