Crítica de "Sensible", Samuel Theis y un delicado retrato sobre una niñez confusa

Johnny (Aliocha Reinert) es un pequeño de diez años que vive en la pobreza en el barrio de Lorena, al norte de Francia, cerca de la ciudad de Metz. Este niño tiene que lidiar con los dislates amorosos de su joven y bella madre Sonia (Mélissa Olexa), además de tener que cuidar a su pequeña hermana Melissa (Jade Schwartz) y soportar al flojonazo medio hermano Dylan (Ilario Gallo). Pero Johnny es un niño precoz, muy perceptivo, inteligente y allegado al mundo de los adultos, es por eso que su profesor en la escuela primaria, Jean Adamski (Antoine Rienartz), identifica su potencial y trata de ayudarlo para que mejore su rendimiento escolar. Johnny se siente agradecido y experimenta un fuerte apego sentimental con su mentor, con el que quiere vivir aún más experiencias de la vida adulta.

Sensible maneja varias vertientes argumentales que reflejan una compleja realidad social y política. La pobreza en la que viven Johnny y su familia, el catolicismo de su madre a pesar de sus “pecadillos” y un sistema escolar que subsiste aun con muchas carencias. Johnny se da cuenta de todo eso, se desespera, monta en cólera y busca refugio en su maestro Jean, quien no puede atenderlo como el pequeño quisiera: “no soy el salvador de todos mis alumnos”, comenta.

Sin embargo, es innegable el afecto y el sentimiento que se presenta en la relación maestro-alumno, hay amor, como dice el filósofo estadounidense George Steiner (en “Las lecciones de los maestros”, publicado por la editorial FCE), y lo reafirma Jean: “hay afecto en nuestro trabajo, si lo quitas, es una mierda”. Johnny necesita mucha comprensión y ayuda, que a fin de cuentas no encuentra y decide actuar por su propia iniciativa, lo cual aumenta su confusión.

Sensible es aquella composición que describe la dificultad de la enseñanza en casos especiales como el de Johnny que requieren una atención especial y personalizada. La escuela, que según el chico también es “una mierda” (lo mismo el empleo de su madre en una tienda), trata de hacer lo posible por brindarle atención.

Theis ofrece una película sensible y delicada, tal como lo establece el título. Ofrece escenas poéticas, una de ellas de antología, cuando Johnny le declama una poesía a Jean como pretexto de un ejercicio en el aula. Es esta obra una oportunidad magnífica para la discusión acerca de las escuelas públicas, su entorno, sus problemáticas y sus protagonistas, directivos, profesores y alumnos. Muy bien actuada además, en especial por el joven actor Reinert.