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Crítica de “The offer/La oferta”, la serie sobre la complicada realización de “El padrino”
El multiverso llegó a “El padrino” con esta miniserie que se desprende de la trilogía para contar en episodios los múltiples conflictos que atravesó la producción del estudio de la montaña.
Los cincuenta años de la primera película, la remasterizacion en 4K de toda la trilogía, la reciente reversión de Francia Ford Coppola de la tercera parte, son algunas de las puestas al día de la obra maestra de la historia del cine. Con habilidad, los estudios Paramount, a traves de su flamante plataforma, lanzan esta miniserie que no tiene otra tarea que articular en una narración ficcional las miles de anécdotas acerca de la compleja realización del film de 1972.
La oferta (The offer, 2022) se centra en las anécdotas del productor Albert S. Ruddy (Miles Teller, Whiplash: Música y obsesión), un novato en grandes proyectos que se embarca a capa y espada en la dantesca película que ganaría varios premios Oscar. El punto de partida es la novela best seller del escritor Mario Puzo (Patrick Gallo), considerado un traidor por la comunidad italiana por su libro. Conflictos con la mafia, con Frank Sinatra que se veía mal reflejado en el texto, con el productor estrella Robert Evans (El bebé de Rosemary), el exceso de presupuesto, de duración de la película, el casting no aprobado por las autoridades del estudio, etc., etc., etc. Todo deslizado capítulo a capítulo de manera cronológica.
La Paramount también busca reivindicación con esta serie. La fachada de los estudios productores aparecen más veces que Mario Puzo o Francis Ford Coppola (interpretado por Dan Fogler). Es que la película es recordada por la conjunción de artistas detrás de ella y, de alguna manera, esta miniserie trata de demostrar el papel crucial que los productores tienen en los films. No por nada el Oscar a la mejor película aún lo reciben los productores y no el director.
Se menciona sólo al pasar el estado de crisis económica en que se encontraba Paramount en aquellos años, motivo que los llevó a buscar un director de treinta años para embarcarse en el proyecto. Algo que sucedió también en otros estudios dando comienzo a la refundación de Hollywood.
La oferta es un deleite para los cinéfilos, ávidos de anécdotas de rodaje que potencian el carácter grandilocuente de su objeto venerado. La serie creada por Michael Tolkin no pretende ser un producto independiente sino acoplarse a la ola surgida con el reestreno por los cincuenta años. Y está bien que así sea, porque es un producto menor en la comparación sin otro objetivo que recopilar toda esa información aledaña y ponerla en una serie entretenida y funcional para todos los fanáticos de El padrino (The Godfather, 1972).
