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Crítica de "El verano que vivimos", fallida película de Carlos Sedes

La película española de Carlos Sedes "El verano que vivimos" (2020) prometía. Pero, cuando la cinta que se presentó en el San Sebastián la ilusión se desvaneció.

martes 01 de marzo de 2022

La película la dirige Carlos Sedes (realizador de populares series como Velvet o Fariña) y se nota en la factura, televisiva tanto en su guion, en el que han intervenido demasiadas manos, como en su técnica, de un inevitable aspecto de telefilm.

La historia se desarrolla en dos tiempos, o mejor dicho en dos épocas distintas, la primera discurre en el año 1998. Entonces, una estudiante de periodismo, descubre en un destino de prácticas allá por tierras gallegas, unas misteriosas cartas, o mejor dicho unas misteriosas esquelas que le conducen como no, a investigar un romance perdido en el tiempo...

La segunda época nos retrotrae a los años 50, en una plantación vinícola en tierras de Andalucía (Jerez, zona de la que la cinta es un lustroso publirreportaje), que es donde transcurre el grueso de la historia.

El atractivo y acaudalado Hernán (Pablo Molinero) está a punto de casarse, y decide invitar a su amigo de facultad Gonzalo (Javier Rey), a la boda, y de paso a que le ayude con el proyecto arquitectónico de sus nuevas bodegas en Jerez de la Frontera.

La novia es Blanca Suárez, una chica moderna que también se dedica al cuidado de los viñedos, y de la que Gonzalo cae prendido y enamorado al primer golpe de vista. El sentimiento es mutuo, y por supuesto ahí empieza el triángulo melodramático.

Abundan los clisés en esta relación a tres, todo muy manido y muy visto ya en el género romántico.Se unen a la historia un padre enfermo, una madre que no se entera de nada, y una hermana que se enamora del chico equivocado, todos ellos familia de Hernán.

El guion acaba en tragedia griega, y ya se sabe que en este género melodramático, es muy fina la línea que separa lo bello e inolvidable, de lo ridículo e intragable, y por desgracia aquí abunda lo segundo.

Las historias del presente y el pasado se entrelazan, complicándolo aun más, antepasados y descendientes, poniendo en bandeja un final más que anunciado. Ni siquiera las buenas intenciones de interpretación de Blanca Suárez con acento andaluz, y Pablo Molinero, sostienen el film, que se hace largo, tedioso y muy predecible, como un auténtico culebrón a la andaluza.

Y aunque parece que el presupuesto ha sido importante, y eso se ve, el conjunto no se salva, y se asemeja terriblemente a la típica telenovela de media tarde.

Por supuesto la emoción del romance no llega, quizás si traspasa la pantalla la química especial entre los dos actores, pero claro esto ya es otra historia..El verano que vivimos tristemente podría convertirse en "El verano que antes olvidemos", pues no será esta una cinta que perdure ni se recuerde en el tiempo.

4.0
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