Crítica de "El caso Wanninkhof-Carabantes", como "Carmel" pero con acento español

En 1999, la joven de 19 años Rocío Wanninkhof desaparece cuando iba a la feria de Fuengirola (Málaga). Comienza entonces una ardua búsqueda rastrillando toda la zona de la Cala de Mijas durante 25 días hasta dar con el cuerpo sin vida de la mujer.  Dolores Vázquez, expareja de su madre, se convierte en la principal sospechosa sin ninguna prueba que demuestre su culpabilidad, más allá de la suposición de que se trataba de un crimen vengativo ocasionado por la ruptura amorosa varios años antes. No existían pruebas que la incriminasen y tenía coartada. Influenciada por una fuerte campaña mediática discriminatoria, la opinión pública española necesitaba un culpable y Dolores se convirtió en el chivo expiatorio.

Cuando en 2003 aparece el cuerpo sin vida de otra adolescente, Sonia Carabantes, la policía atrapa al verdadero asesino, un hombre británico llamado Tony Alexander King. Al introducir las muestras de ADN en el sistema de la Guardia Civil, se comprobó que estas coincidían con las que se encontraron junto al cadáver de Rocío Wanninkhof. King confiesa haber cometido ambos asesinatos y varias agresiones sexuales tanto en su país de origen como en España. Para entonces la sociedad ya había dado vuelta la página y Dolores llevaba 17 meses en prisión de los 15 años y un día a los que había sido condenada víctima de la lesbofobia social.

El caso Wanninkhof-Carabantes (2021) demandó una investigación de dos años, se analizaron las más de 5.000 páginas de los expedientes judiciales de todos los casos, se revisaron las 300 horas de material de archivo televisivo y de prensa escrita y se localizó a las más de 60 fuentes involucradas en las investigaciones de ambos crímenes, el resultado es un documental que pone atención a cada detalle, que aporta perspectiva de género, que analiza el funcionamiento de los medios y que plantea una serie de interrogantes sobre el funcionamiento de la justicia española, antes, durante y después de la condena a Dolores Vázquez. El mismo esquema sobre el que sostuvo Carmel: ¿Quién mató a María Marta?, la miniserie argentina sobre el caso García Belsunce, también de Netflix. Una fórmula probada, exitosa, que se repite sistemáticamente, cambiando el caso, pero manteniendo la estructura dramática, narrativa y de puesta en escena. Un caso diferente para un mismo producto.