Russian Film Festival - 7 Puntos

Crítica de “Al filo”, de Eduard Bordukov, drama y acción en el esgrima

La película deportiva funciona de metáfora del paso de la juventud, del trabajo en equipo y de los desafíos constantes, siempre desde la relación de amistad y rivalidad de sus dos protagonistas.

Crítica de “Al filo”, de Eduard Bordukov, drama y acción en el esgrima

La campeona del mundo en esgrima Alexandra Pokrovskaya (Svetlana Khodchenkova) ha conseguido todos los premios y reconocimientos a sus 34 años, sólo le falta el oro olímpico. Sin embargo, aparece Kira Egorova (Stasya Miloslavskaya) de 19 años, una joven que ha llegado de la provincia de Gryazovets, muy hábil con el sable, de gran velocidad y que parece ensombrecer su carrera. Kira comienza a ganar premios internacionales y ser reconocida por la prensa. Eso despierta la rivalidad de Alexandra que en ese momento está en la parte final de su carrera. Ambas son las mejores y conforman el equipo nacional de Rusia que se prepara para las Olimpiadas. Kira de gran carácter y tenacidad, se lesiona en la rodilla en el enfrentamiento con Alexandra que determina a la líder del equipo en las Olimpiadas y, a partir de ahí, su vida da un giro y tendrá que luchar para volver a la competencia. Y Alexandra sintiéndose avergonzada por haber producido la lesión entonces decide ayudarla y entrenarla. La rivalidad las une y a la vez construye la unión de las demás integrantes del equipo que viaja a las Olimpiadas de Río de Janeiro.  

Lo más atractivo de la película dirigida por Eduard Bordukov está en el ritmo, en ir directo al drama y a la emoción, y centrar todo el vértigo desde las personalidades de las protagonistas. Por un lado, el ascenso de Kira y por el otro, la frustración de Alexandra. El enfrentamiento entre dos estilos que se unen finalmente para conseguir sus objetivos. Si bien puede ser un tanto predecible y muchas secuencias optan hacia lo musical y el videoclip, consigue ser un relato concreto en cuanto a la emoción en el deporte. 

El planteamiento visual de Al filo (Na ostrie, 2020), centrado en el detalle, está puesto en los acontecimientos que les ocurren a las protagonistas. Los colores del entorno más estático de Alexandra marcan su relación amorosa, su riqueza y éxito, mientras que la de Kira se destaca en el entrenamiento y en la vida nocturna. Al mismo tiempo, ambos estilos denotan una oscuridad que se contrapone al color blanco del lugar donde entrenan y luego, compiten. Es interesante que, a través del color, desde la oscuridad hacia los colores mas vivos, enmarcan todo el camino por el que transitan hacia el triunfo final.

Es destacable el giro en la historia en cuanto a la rivalidad que se convierte en una relación de maestra y alumna. Utilizar la propia distancia y el enfrentamiento como elemento de unión, la experiencia y la juventud en un mismo camino, así mismo la figura de mentor del entrenador Gavrilov (Sergei Puskepalis), con su firmeza a la hora de enfrentar las competiciones. 

Se puede encontrar algunas figuras que remiten a otras películas sobre historias de superación y el deporte. No obstante, consigue su propio estilo y la emoción en la esgrima. Lo vuelve atractivo en cada enfrentamiento. Las peleas tienen un estilo que por momentos remite a lo “samurai”, y lo épico de las películas de luchas con espadas, aunque hacia un objetivo distinto, la cámara rápida y lenta logran transmitir la tensión y la concentración de la competencia y así se pueda seguir hacia el desenlace.

Finalmente, el mostrar las imágenes documentales del equipo femenino ruso en las Olimpiadas de Rio de Janeiro 2016, le da sorpresa y otra dimensión a la ficción.

7.0
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