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Crítica de “El refugio” retrato de los ambiciosos años ochenta con Jude Law

El escritor y director Sean Durkin describe de manera sobria la crisis familiar producto de la ilusión de ascenso social en la frívola década del ochenta en Inglaterra.

sábado 17 de abril de 2021

El relato nos trae a la Rory O’Hara (Jude Law), un seductor empresario que utiliza las apariencias como su mejor arma para cerrar tratos económicos fugaces. La apertura comercial del sistema financiero en los principios de la década del ochenta le auspicia un futuro prometedor para él y su familia. Por eso convence a su mujer Allison (Carrie Coon) y sus dos hijos, Samantha (Oona Roche) y Benjamín (Charlie Shotwell), de mudarse a Londres, su ciudad natal. Pero nada saldrá como lo esperaba.

“Las mentiras tienen patas cortas”, refrán popular que nos permite predecir el argumento de El refugio (The Nest, 2020). Pero el realizador Sean Durkin no está interesado en sorprendernos con la historia sino en describir el proceso de crisis y pérdida de los valores fundamentales de una familia mediante el accionar del padre. No por nada “el nido” es la traducción literal del título original.

La película avanza lenta con una atmósfera densa y angustiante, similar al clima londinense. La iluminación turbia destaca colores fríos, el marrón de la enorme casona que alquilan y sus avejentados muebles (la mansión en decadencia), y la oscuridad de sus enormes salas envuelven a la familia en ese espacio desconocido y frío para las relaciones vinculantes. Esta falta de atractivo de los ambientes y de los personajes secundarios transmiten la incomodidad de los personajes al espectador.

Jude Law interpreta con encanto a ese yuppie en decadencia, pero quien se roba la película es Carrie Coon. Su Allison es la mujer que poco sabe y entiende del trabajo de su marido, cree en primera medida sus propuestas fantásticas de dinero fácil y rápido y, poco a poco -y de la peor manera-, irá topándose con la realidad. A través de sus ojos conocemos la verdadera esencia de su esposo que pasa de encantador y fabulador, quedándose literalmente solo. La crisis de Allison la vemos en su relación con su caballo, el animal que la conecta con su vocación por la equitación, en un simbolismo duro sobre las relaciones humanas en aquellos ficticios tiempos.

De esta manera El refugio traza su alegato y crítica a los tiempos en donde las relaciones familiares empezaron a desmembrarse producto de ambiciones sociales falaces a las que muchos personajes como Rory adscribieron. Con ingenio en una cuidada puesta en escena que recrea el período histórico de forma realista, evitando la pompa publicitaria, Durkin brinda una mirada reflexiva que se ubica detrás del glamour y la extravagancia tan representada de la década de Reagan y Thatcher.

7.0
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