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Crítica de “Luna de sangre”, de Emma Tammi, cierre de la antología de terror “Into The Dark”

La antología de películas de terror Into The Dark, producida por Sony y Blumhouse y que estrena este viernes a las 23.40 en SPACE, nos trae una mirada distinta sobre el fenómeno fantástico de la licantropía.

Crítica de “Luna de sangre”, de Emma Tammi, cierre de la antología de terror “Into The Dark”
viernes 16 de abril de 2021

Aquello que en las manos de cualquier realizador sin ideas claras sobre cómo llevar adelante una nueva versión del clásico relato del hombre lobo, en manos de la directora y productora Emma Tammi (The Wind) se transforma en un relato íntimo y preciso.

Conformando una entrega más de Into The Dark, el film posibilita un aggiornamiento narrativo con la mujer en el epicentro de todo, al apoyarse en  la desesperada lucha de una madre (Megalyn Echikunwoke) por proteger a su hijo (Yonas Kibreab).

Esme (Echikunwoke) y Luna (Kibreab) son madre e hijo. Por un dato que es clave en la historia, deben ir de pueblo en pueblo buscando espacios en donde nada ni nadie los detenga para preguntarles información sobre su pasado.

Cada vez que se establecen, y que comienzan a vislumbrar un horizonte diferente para ambos, el pasado vuelve, apoderándose del niño, quien, aún en el desconocimiento sobre cómo manejar aquello que de un día para el otro lo transforma, sabe que su madre siempre estará junto a él.

Tammi, hábilmente, avanza progresivamente con una cámara que recupera el delgado límite entre ficción y documental, y así como en su largometraje de ficción anterior, donde coqueteaba con el western, aquí la mixtura de géneros le posibilita transitar recovecos de la oscuridad del secreto que los une, pero que también los espanta.

Obviamente cuando la duda sobre qué y quienes son comienza a multiplicarse en un lugar, rápidamente suben a su automóvil para encontrar otro destino en el que puedan, hasta revelarse su verdadera identidad, donde el eterno loop en el que viven, se activa una vez más.

Tammi aprovecha la circularidad del relato, y si bien suma personajes secundarios aliados y antagonistas, lo más importante e interesante de todo, es la representación del fuerte vínculo entre la madre y su hijo, un lazo de sangre, tanto o más fuerte, que aquello que con la luna llena comienza a emerger.

Notable cierre de la antología de horror que atrapó a los espectadores y que con Luna de sangre, se permite transitar por lugares no tan obvios, atendiendo a elementos de la configuración y la forma, potenciados por un detallado periplo, el que sale victorioso al detenerse en la descripción de los protagonistas, y precipitando hacia el final un desenlace acorde a reglas y estereotipos del género.

7.0
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