BAFICI 2021 - Competencia Argentina

Crítica de “El Baldío” de Liliana Paolinelli, una reflexión sobre la vida moderna

A partir de la precisa observación de un grupo de personas que alimentan los gatos habitantes de un baldío, la directora de “Amar es Bendito” analiza la construcción espontánea de una red solidaria, y con ello, la soledad en el mundo actual.

Crítica de “El Baldío” de Liliana Paolinelli, una reflexión sobre la vida moderna
domingo 21 de marzo de 2021

La cámara frente al portón de una obra en construcción da inicio a El Baldío (2021) primer acercamiento al cine documental de la realizadora Liliana Paolinelli (Margen de error, Lengua Materna), quien sorprendida por la belleza de un grupo de felinos habitantes del lugar, descubre una red de contención y amor que les profesa diariamente alimento, bebida y medicamentos, llegado el caso.

El ojo de la directora se reposa en aquellos espacios, mínimos, que permiten visualizar hacia dentro del baldío, un agujero en la pared, la falta de una parte de la puerta, una hendija, una cerradura, y desde ahí un inmenso terreno con pastos y vegetación, en el cual además de haberlo transformado en su hábitat, se ha convertido en el punto de encuentro de las personas que diariamente asisten a los gatos.

Dentro de él, en la inmensidad del espacio, los felinos juegan, corren, se pelean, se aman, se odian, y esperan, atentamente, el sonido exterior que indique el momento de alimentación. Las imágenes se suceden, la cámara, hábilmente, se introduce en esta relación simbiótica entre las personas y los felinos, y a partir del registro de las acciones cotidianas, se habla de cómo, en un punto, estas mujeres dedican horas de su vida para, en el fondo, no sentirse en soledad.

Dentro y fuera, fuera y dentro, la cámara invierte el punto de vista alternativamente para reflejar el compromiso de unos y otros con estos animales, los que, alimentados y cuidados, para nada responden a aquello que se supone que debería ser un gato de un baldío abandonado, y en donde cada una de sus proveedoras conocen hasta el detalle a los mismos, sabiendo, por ejemplo, si necesitan medicación, comida, o sólo una caricia.

Rutinas de cuidados que se transforman en impulsos vitales para las mujeres, tejiendo una red de solidaridad sorpresiva y sin otro fin ulterior más que la compañía íntima de animales que regalan amor a cambio de tiempo y caricias. El tiempo se detiene en cada escena, al igual que en la vorágine de la ciudad que se sucede puertas fuera del baldío.

Paolinelli despliega su sensibilidad en una sucesión de imágenes que demuestran su oficio y pasión cinéfila, haciendo de una anécdota una profunda reflexión que habla de tiempos vertiginosos, de pasos que van y vienen, de cómo la sociedad, aun en pandemia, evita detenerse a recorrer con la mirada y el corazón aquellos espacios que rodean su cotidianeidad e invisibilizan maneras de ser con el otro.

8.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS