Crítica de "Fangio, el hombre que domaba las máquinas", homenaje al rey de la fórmula 1

En 92 minutos Fangio, el hombre que domaba las máquinas (2020) dirigido por Francisco Macri y con guion de Luciano Origlio y Rodrigo Vila (Mercedes Sosa, la voz de Latinoamérica) cuenta la épica del campeón de fórmula uno en palabras del propio Juan Manuel Fangio mediante exquisito material de archivo de entrevistas y grabaciones de sus carreras. Del mito al hombre y del ser humano al legado es el recorrido cronológico que traza el film.

Un hombre se sube a su emblemático auto y recorre las rutas de su Balcarce natal, es la imagen que abre el documental para recorrer los testimonios de los especialistas en el deporte, de hoy y de antaño, en un viaje por el mundo donde brilló en sus emblemáticas carreras y supo hacer honor de las marcas (Alfa Romeo, Maserati, Mercedes Benz y Ferrari) que le tocó representar.

Es que Fangio ganó carreras como piloto con autos de distintas fábricas, algo imposible en el ambiente contemporáneo donde se firman contratos por cinco años. También contaba con un conocimiento de mecánica que le ayudaba a dominar el auto, conocer sus límites y hasta donde podía exigirlo. Formaba una familia con el equipo de boxes que le permitía potenciar su trabajo en el pista.

De manera inteligente la anécdota entre la competencia en los años cincuenta y la actualidad dimensiona la épica del corredor de fórmula 1, dicho en boca de Fernando Alonso, Alain Prost, Jackie Stewart y Mika Häkkinen, entre otros.

Fangio, el hombre que domaba las máquinas expone sus logros de manera cronológica, su ascenso y reconocimiento, sus momentos difíciles con sus trágicos acontecimientos y su legado en el universo automovilístico, siempre con el pulso necesario para la emoción y el ritmo propio de una producción internacional, con la lógica de su protagonista.