Poner en foco la propia vida

Mil veces Buenas Noches

La película dirigida por Erik Poppe (Aguas turbulentas, 2008), retrata la vida de una fotógrafa de guerra que debe decidir hasta qué punto su profesión es más importante que su familia. Mil veces Buenas Noches (Tusen ganger god natt, 2015) tiene como protagonista a Juliette Binoche, quien le aporta realismo y calidez a una historia que lo amerita.

Mil veces Buenas Noches
martes 26 de mayo de 2015
Rebecca (Juliette Binoche) es fotógrafa especializada en conflictos bélicos, y su pasión por el trabajo la lleva a separarse de su esposo Marcus (Nikolaj Coster-Waldau) y de sus hijas, por largos períodos de tiempo. Pero cuando se encuentra en las inmediaciones de Kabul cubriendo el caso de las mujeres que se inmolan por una causa determinada, su vida corre peligro y regresa a su casa, donde empieza a considerar la idea de renunciar a su trabajo. Es su familia, y en especial su hija adolescente, quien le reclama mayor presencia y le transmite el temor que ellos tienen cada vez que se va porque no saben si regresará con vida. ¿Cómo lograr el equilibrio entre los afectos y la pasión profesional? Esa tirantez entre lo que se debe y lo que se quiere hacer es el eje principal del film de Poppe. Y en ese desarrollo, el director noruego plasma de forma correcta, respaldado por la gran actuación de Binoche, la cotidianeidad de los reporteros de guerra: las situaciones a las que se enfrentan y el deseo de que, el captar una imagen, no sea sólo eso sino el hacer visible a una persona o momento, sin permitir que pase inadvertida. (Es una realidad que Poppe conoce desde el interior porque él desempeñó esa tarea en la agencia Reuters). Con tensión y acierto, las primeras escenas de Mil veces Buenas Noches tienen la capacidad de atrapar al espectador. El inicio y el final son dos momentos claves que le aportan un cierre narrativo a la historia, pero no es suficiente porque esa expectativa no se mantiene durante toda la película.Sin embargo, la destacada interpretación de Binoche transmite los diferentes climas por los que atraviesa el personaje, aportándole credibilidad y matices a momentos con los que el público podrá identificarse. Coster-Waldau acompaña a la actriz, pero no logra sobresalir. Mil veces buenas noches es un recorte de una realidad que puede resultar ajena y desconocida. Pero es interesante saber qué hay detrás de las fotografías bélicas que vemos en los diarios. Y más aún, detenernos en ellas algunos segundos más de lo habitual para reconocer la mirada de quien la obtuvo.
6.0
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