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Crítica de “Godzilla y Kong: El nuevo imperio”: una estupidez titánica

La película de Adam Wingard, también director de la antecesora “Godzilla vs. Kong”, es tan olvidable que ni siquiera roza la simpatía nostálgica de las producciones clase B que intenta emular.

lunes 22 de abril de 2024

La baja calidad resulta inherente a este tipo de narrativas, con raíces en las historias de exploradores de la primera mitad del siglo XX, icónicas producciones vistas en el período mudo hasta en las divertidas propuestas de “sábados de súper acción”. Pero sucede que Godzilla y Kong: El nuevo imperio (Godzilla x Kong: The New Empire, 2024), abusa de sus artificiosos efectos visuales para encadenar secuencias de "monstruos" que se enfrentan entre sí.

Todo está diseñado con CGI (imágenes generadas por computadora), tecnología que ha permitido la creación de criaturas de todas las formas y tamaños. Sin embargo, este desarrollo requiere de un refinamiento que aquí se ve eclipsado por la prisa típica de un videojuego, priorizando la espectacularidad visual sobre la coherencia narrativa. El resultado carece de interés por construir un universo convincente y parece más interesado en la destrucción de esos escenarios que simulan rings de combate.

No solo los diseños de Godzilla y Kong carecen de profundidad, sino que incluso los actores parecen ser de segunda categoría. El elenco humano está conformado por una suerte de segundas marcas de Bradley Cooper (Alexander Skarsgård), Scarlett Johansson (Rebecca Hall) y Martin Lawrence (Brian Tyree Henry), acompañados por una niña sordomuda (Kaylee Hottle). Cada uno interpreta su arquetipo: el héroe carismático, la mujer guerrera y el alivio cómico y asustadizo.

La trama, en tanto, parece meramente un pretexto para encadenar escenas de combates entre monstruos, en una suerte de Monster Trucks a escala colosal. La historia arranca con King Kong con problemas dentales y Godzilla dormido en el Coliseo Romano. Nada mejora cuando deben unir fuerzas en el ingreso a la “Tierra hueca”, un universo subterráneo e inexplorado en el que se toparán, junto al equipo de humanos, con peligrosas bestias ancestrales.

Sin el humor suficiente para asimilar semejante pavada, Godzilla y Kong: El nuevo imperio es una película fea en su forma que hace honor a la tierra hueca en la que transcurre la acción y que, al fin y al cabo, resulta insoportable de ver.

4.0
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