Crítica de “¡STEVE! (martin): documental en 2 partes”: detrás del gran comediante

Al comienzo el propio Steve Martin cuenta en off que, influenciado por una novia, estudió filosofía. “En filosofía todo se deconstruye”, dirá, lo que quizás sea una marca registrada de su obra como comediante, y que también adscribe a este documental.

¡STEVE! (martin): documental en 2 partes (2024) no es el típico trabajo que aborda la vida del artista cronológicamente desde sus comienzos hasta su reconocimiento en la madurez de manera convencional, sino que su misma forma audiovisual propone un ida y vuelta constante entre su etapa de stand-up de vanguardia en los años sesenta y setenta, en donde llegó a llenar estadios, hasta sus recuerdos de las películas de las cuales también creó los guiones.

El eje del documental es Steve Martin y su espíritu inquieto para el trabajo, siempre buscando dominar la técnica de la comedia, sea en un escenario o en una pantalla. Detrás de su obsesivo comportamiento con la perfección de sus performance aparece el interrogante sobre su vida: un hombre solitario en la primera mitad de su vida que empezó a conectarse con la gente en la vejez.

La primera parte denominada “Antes” está construida con material de archivo inédito y muy interesante de su ascenso al estrellato en el stand-up de vanguardia, en línea con los años sesenta. Un material exquisito porque poco se conoce de esa etapa ultra exitosa del comediante, con múltiples obstáculos en el camino. En ella el Steve Martin actual es un fantasma, alguien a quien no vemos, solo escuchamos, pero sobrevuela reflexivamente las imágenes.

En la segunda parte llamada “Ahora” aparece en pantalla casi en la totalidad del metraje Steve Martin con sus 75 años en sus charlas con Jerry Seynfeld y con su mejor amigo Martin Short sobre la comedia y sus rutinas diarias, en una mirada retrospectiva sobre ese universo. Pero también aparece su rol de coleccionista de obras de arte, sus libros de guiones, tocando el banjo, haciendo la publicación de un cómic con anécdotas de sus películas, su rol como esposo y padre, en donde vemos al Steve Martin íntimo, un poco incómodo por la presencia constante de la cámara. Su manera de sobrellevarlo es hacer un comentario humorístico al pie en cada oportunidad.

El documental ofrece una deconstrucción minuciosa, reflejando la habilidad del comediante para desafiar convenciones en todas las etapas de su carrera. Una mirada retrospectiva nostálgica y reflexiva sobre su vida se convierte en el foco central, ofreciendo una experiencia profunda y conmovedora para los espectadores.