Salas

Crítica de “Habitación 404”, o ¿Qué pasó anoche?

Combinando el thriller y la comedia, la opera prima de Ji-ho Yeom parte de una simple premisa para intentar desplegar una extraña dosis de tensión y humor.

jueves 22 de febrero de 2024

La originalidad es uno de los tributos del cine surcoreano. Ahora bien, Habitación 404 (Next Door, 2022) es la excepción. La cinta inicia con su protagonista, Chan-woo, preparándose para un examen. Sale con sus amigos a cenar, se alcoholiza y despierta al otro día en la casa de su vecino junto a un cadáver. Sin entender nada, ni cómo llegó allí, ni de quién es ese cuerpo, el joven trata de resolver este enigma. Con evocaciones a Oldboy (2003), El juego del miedo (Saw, 2004) y ¿Qué pasó ayer? (The Hangover, 2009), el largometraje es hábil para entretener, pero débil para innovar.

Como todo thriller de misterio, la historia se centra en la materialidad de una incógnita. Algo sucedió: hay un cuerpo y, por ende, un homicidio. Sin embargo, no tenemos pistas. Al igual que le sucede al protagonista, solo conocemos a los dueños de esa casa por los gritos y las habladurías. A través de esa construcción, la de ir develando las incógnitas junto a Chan-woo, el escritor y realizador decide ir desarmando los interrogantes.

Si hacemos foco en la tensión, la cinta despliega herramientas positivas: espacios reducidos, identidades no definidas, vueltas de tuerca y cambio de roles. Si nos centramos en el humor negro, la obra se confunde, se aleja de lo estructural y se desinfla. Si bien desde un primer momento existe esta combinación, el terreno va ameritando un mayor compromiso dramático que no se cumple. “¿Qué pasó anoche?”, se podría preguntar el protagonista. Dentro de ese interrogante podrían valer miles de conjeturas. La gran falencia del largometraje es no darnos espacios para elucubrar hipótesis.

Una de las películas que más me impactó durante mi adolescencia es El juego del miedo. Allí James Wan, durante los primeros minutos, se encargó de plantearnos el siguiente esquema: un lugar deshabitado (un baño), una persona atada, un cuerpo y un misterio a resolver. Ahí también nosotros teníamos la misma información del protagonista, pero, detrás de todo esto, hay una historia que justifica el proceso, que no sale en pantalla, pero fortalece lo que vemos. Hoy, 20 años después de ese hito claustrofóbico, otra cinta que desafía los límites del espacio físico y juega con el vacío en la mente del protagonista se hace presente. La gran diferencia es que Habitación 404 se confundió los términos: la simpleza jamás debería significar carencia de vigor.

5.0
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