Crítica de “Plan de retiro”: Nicolas Cage a los tiros en el Caribe

La comedia de acción es un género difícil. Son pocas las producciones que sortean con éxito el verosímil de uno y otro género sin caer en el ridículo. Mucho tiene que ver la producción de la película, en su intento de imprimirle ritmo y timming al relato para que, al menos, sea entretenido. Nada de eso pasa con Plan de retiro (The retirement plan, 2023), una producción de bajo presupuesto en donde todo parece artificial y ridículo.

La historia tiene a Nicolas Cage como Matt, un agente especial “retirado” en las Islas Caimán. El pelo largo y la camisa floreada le dan un look hippie y avejentado al actor de El hombre de los sueños (Dream Scenario, 2023). La acción comienza cuando su hija (Ashley Green) y su nieta (Thalia Campbell) se meten en problemas con una organización criminal y recurren a su ayuda. Uno de los estereotipados matones (el gran Ron Perlman) secuestra a la niña y su abuelo irá a su rescate mientras evita que lo maten en el intento.

Hay que reconocer qué Plan de retiro le imprime onda al relato. Títulos de créditos elocuentes, presentación de personajes al estilo Guy Ritchie o incluso Kill Bill (2003-2004) y algún que otro chiste autoconsciente “ahora es el momento de la película en que te hablo de tu padre” le dice un amigo de Matt (Ernie Hudson) a su hija. Sin embargo, no deja de ser una película fallida en sus intenciones. El nivel de producción es tan malo que cada secuencia de acción no alcanza ni siquiera un nivel digno como para creerse mínimamente lo que vemos. Y el humor agregado no es suficiente para solventar semejante carencia.

Pero si hay algo que salva del naufragio absoluto al film es Nicolas Cage, quien nunca se toma en serio su participación en este tipo de proyectos y aquí no es la excepción. Cada vez que Plan de retiro intenta armar una comedia convencional de acción, la presencia de Cage recuerda que estamos ante un tipo de humor bizarro a tono con el film.

Sorprende la participación de actores de la talla de Ashley Greene (Crepúsculo) o Ron Perlman (El nombre de la rosa, Hellboy) o incluso el propio Cage (¿retomando el personaje de Con-Air: Riesgo en el aire?), quienes parecen haber arreglado su participación en la película a cambio de unas vacaciones en la playa. Un relato que transcurre entre las Islas Caimán y Miami con demasiadas situaciones ridículas y berretas para articular comedia con escenas de acción. Y en ese difícil desafío de caminar por la cornisa de géneros dispares, trastabilla más veces de las tolerables.