Crîtica de "Los que se quedan", un viaje al pasado con Alexander Payne

La trama se centra en el profesor de Historia Antigua, Paul Hunham, interpretado de manera impecable por Paul Giamatti. Hunham es un personaje complejo y solitario, cuya vida está marcada por un incidente oscuro en su pasado. A pesar de ser odiado por estudiantes y colegas, es un personaje identificable y triste, lo que le da profundidad a la historia.

En el otro extremo, tenemos a Angus Tully, un estudiante rebelde interpretado por Dominic Sessa. Angus está lidiando con una serie de problemas familiares y emocionales, lo que lo lleva a un estado de desesperación y confusión. Su interacción con el profesor Hunham es el núcleo de la película y ofrece una exploración fascinante de las relaciones intergeneracionales.

La tercera protagonista, Mary (Da'Vine Joy Randolph), es la cocinera de la escuela y se convierte en un elemento crucial para mantener la paz entre el profesor y el estudiante. Su historia personal agrega una capa adicional de emoción a la trama, lo que le da una profundidad inesperada.

Lo que hace que esta película sea realmente destacable es su capacidad para equilibrar de manera magistral lo emotivo y lo divertido. Cada escena se trata con el respeto necesario, y esto habla de la habilidad de Payne como cineasta para comprender lo que su película necesita y cómo lograrlo. Los que se quedan (The Holdovers, 2023) evoca la sensación del cine de los años 70, tanto visual como emocionalmente, lo que la convierte en una experiencia atemporal.

Los que se quedan le escapa a las expectativas de una película navideña convencional. Ofrece un viaje emocional respaldado por actuaciones sobresalientes y una dirección magistral. Es una película que se debe ver en compañía y que seguramente se convertirá en un clásico de las vacaciones navideñas.