Críticas de "Expatriadas": Vidas conectadas en el corazón de Hong Kong

Expatriadas, ambientada en la vibrante Hong Kong de 2014, sigue las vidas entrelazadas de tres mujeres estadounidenses interpretadas por talentosas actrices como Nicole Kidman, Sarayu Blue y la debutante Ji-young Yoo. Margaret, cuya idílica vida familiar se desmorona tras la pérdida de su hijo menor. Hilary, una mujer que busca reconstruir su matrimonio y concebir un hijo después de una infidelidad. Y finalmente, Mercy, una coreana-estadounidense de espíritu libre directamente implicada en la tragedia.

Cada uno de los seis episodios de Expatriadas nos sumerge en un relato de duelo que se desarrolla tanto desde la perspectiva de la víctima como desde el punto de vista de la culpable o responsable de la tragedia. La trama se desenvuelve a través de múltiples líneas temporales, explorando los momentos previos y posteriores a la desaparición del hijo de Margaret.

Wang opta por dedicar episodios completos a la minuciosa presentación de cada uno de los personajes principales, ofreciendo así la oportunidad de sumergirse en las complejidades de sus vidas. No obstante, es en el quinto episodio donde desafía las convenciones narrativas al asignar notables 96 minutos al universo comúnmente ignorado de las empleadas domésticas filipinas. Esta decision audaz proporciona una visión más extensa de la sociedad oriental, adentrándose en sus dinámicas de lucha de clases de una manera que rara vez se aborda en el ámbito audiovisual.

Hong Kong, presentada como un cuarto protagonista, cobra vida a través de la delicada dirección de fotografía de Anna Franquesa-Solano. Desde los exuberantes bosques tropicales hasta los mercados nocturnos envueltos en niebla tóxica, la serie destaca tanto la opulencia de los lujosos hoteles como la cruda realidad de los húmedos edificios de las clases más bajas.

A pesar de la sobriedad presente en la trama, Expatriadas logra ofrecer una experiencia sofisticada y sensible al trascender el simple relato sobre tragedias familiares. Constituye un viaje emocional que invita a la reflexión profunda sobre los intrincados entrelazados de la existencia.