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Crítica de "Saltburn", Jacob Elordi y Barry Keoghan entre el deseo y la lujuria

"Saltburn" (2023), la última película de la directora, guionista y actriz Emerald Fennell, se erige como una heredera evidente de "El talento de Mr. Ripley". Un deleite visual que se nutre principalmente de un disfrute estético que se extiende desde una dirección artística exuberante y barroca hasta la maestría con la que la directora configura determinados encuadres, todo ello realzado por el atractivo de un elenco comprometido.

jueves 21 de diciembre de 2023

En su búsqueda por encontrar su espacio en la Universidad de Oxford, Oliver Quick, un estudiante, se ve envuelto en el fascinante mundo del carismático y aristocrático Félix Catton. Este último lo invita a pasar un verano inolvidable en Saltburn, la extensa finca de su excéntrica familia.

La trama, centrada en los cuerpos, el deseo, la sexualidad y la lascivia, logra tentar al espectador gracias a magníficas interpretaciones, destacándose la pareja formada por Jacob Elordi y Barry Keoghan. Sin embargo, siendo Fennell la mente creativa detrás de Hermosa venganza (Promising Young Woman, 2020), la frustración se cierne al constatar que la fuerza de la escritura en esta nueva obra no alcanza para sostener el despliegue visual y la potencia interpretativa del elenco.

Explorando la evolución de una amistad entre jóvenes de diferentes estratos sociales, la narrativa se sumerge en un vínculo tóxico y marcado por la lujuria. No obstante, en lugar de profundizar en esta transformación, se ve comprometida al caer en lugares comunes, tejiendo clichés sobre manipulación, deseo y posesión. La problemática se intensifica con incongruencias en tono y ritmo, generando un desequilibrio que impide la exploración de numerosos aspectos complejos de la historia. A pesar de la hábil construcción del ambiente barroco, este no logra subsanar las notables deficiencias de guion y lógica que aquejan la trama.

Saltburn, que pretende ser una reinterpretación de El talento de Mr. Ripley, de Patricia Highsmith, seduce por su camino pero termina quedándose en lo superficial, siendo un ejercicio de estilo demasiado pretensioso para lo que intenta contar. Aunque se aprecia y respeta la intención de ofrecer una sátira clasista, mordaz e irónica, la película se ve esclava de un guion que canibaliza su falta de impacto, transformando su tono provocativo en algo trivial.

Con su estética estilizada y el atractivo de su elenco, Saltburn logra cautivar, pero se ve limitada al intentar respaldar su impactante despliegue visual con un guion que no alcanza la profundidad necesaria. A pesar de exponer una sátira interesante, se ve perjudicada por los clichés y por carecer de la agudeza necesaria.

6.0
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