Crítica de "Doi Boy", trabajo sexual y sueños rotos en Tailandia

La historia central se centra en Sorn, un joven que decide adoptar una nueva identidad como trabajador sexual en un intento por mejorar su vida. La trama se complica cuando se involucra con un cliente con motivaciones propias, vinculadas a la investigación de un activista político. A lo largo de la película, observamos cómo Sorn enfrenta su amarga realidad y lucha por construir un futuro lejos de su hogar. A pesar de tocar una variedad de problemas sociales y políticos, la trama carece de un desarrollo y una exploración a fondo de estos temas, lo que se traduce en un guion que da la sensación de ser insuficientemente elaborado y apresurado.

Uno de los aspectos más polémicos de Doi Boy es el casting. En ocasiones, las interpretaciones resultan insípidas y subestimadas, lo que dificulta enormemente conectar emocionalmente con la angustia que experimentan los protagonistas. La falta de intensidad emocional impacta negativamente en la capacidad de la película para transmitir de manera efectiva las complejidades y desafíos que enfrenta Sorn.

Aunque Doi Boy presenta momentos interesantes, la narrativa general deja la sensación de que podría haberse beneficiado al elegir un enfoque más específico y desarrollarlo con mayor profundidad. La premisa sólida y relevante merecía una exploración más minuciosa de los problemas planteados, y la película se queda corta al no sumergirse lo suficiente en la riqueza de los temas que toca.

Doi Boy deja la sensación de que se desaprovechó un potencial significativo y que la película podría haber sido mucho más impactante y resonante con una ejecución más cuidadosa y una exploración más profunda de sus temas centrales.