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Crítica de "No voy a pedirle a nadie que me crea" Fernando Frías de la Parra y la originalidad del cine mexicano contemporáneo

"No voy a pedirle a nadie que me crea" (2023), dirigida por Fernando Frías de la Parra, surge como un soplo de aire fresco en la cinematografía mexicana contemporánea.

No voy a pedirle a nadie que me crea es la continuación de Ya no estoy aquí (2019) y se basa en una novela ingeniosamente engañosa de Juan Pablo Villalobos. Frías de la Parra nos ofrece una auto-ficción inteligente que arroja luz sobre una época puritana y la cuestiona a través de la sátira, desafiando las normas y contradicciones de diversas religiones e ideologías. Esta película se aleja de lo popular y se convierte en una experiencia imparablemente disfrutable y reveladora. Frías se aventura en un estilo más veloz y feroz, dinámico y experimental que se adapta perfectamente al texto absurdo de Villalobos.

La trama sigue al ficticio Villalobos, quien planea estudiar en Barcelona y escribir una tesis sobre el humor en la literatura latinoamericana. Sin embargo, un encuentro inesperado con una organización criminal pone su vida patas arriba. A partir de ahí, la película despega a un ritmo vertiginoso, lleno de personajes irreverentes y soluciones inesperadas.

No voy a pedirle a nadie que me crea es precisa en sus objetivos y constantemente busca formas creativas de alcanzarlos. A diferencia de muchas producciones mexicanas, esta película no se repite y se distancia del estigma de ser un cine predecible. La producción de Netflix, con su próxima proyección en cines locales y posterior disponibilidad en la plataforma, promete ser una experiencia que nadie querrá perder. La película alcanza la cúspide de un tipo de humor que critica, se burla y satiriza ciertos grupos sociales, especialmente los supuestos intelectuales, al tiempo que cuestiona por qué escribimos sobre lo que escribimos.

Fernando Frías de la Parra demuestra una vez más ser una de las grandes promesas del cine mexicano contemporáneo. No voy a pedirle a nadie que me crea es un testimonio de su habilidad para desafiar las convenciones y ofrecer al público una película que, a pesar de las limitaciones de la distribución, destaca como un hito en la cinematografía nacional. Esta película es un recordatorio de que el cine mexicano tiene mucho que ofrecer, siempre y cuando se le brinde la oportunidad de llegar a la audiencia adecuada.

8.0
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