Salas
Crítica de “Los juegos del hambre: La balada de los pájaros cantores y serpientes”, los orígenes de Coriolanus Snow y su dictadura del terror
En una época en la que las adaptaciones cinematográficas de novelas para adolescentes reciben críticas severas por ser películas vacías que transmiten mensajes tóxicos, el distópico país de Panem regresa para sumergirse nuevamente en el mundo de la ciencia ficción y narrarnos una historia que destaca temas como las consecuencias de la guerra, la política y la dicotomía entre el bien y el mal.
Cincuenta años antes de asumir la presidencia de Panem, el joven Coriolanus Snow (Tom Blyth) es designado como mentor del Distrito 12 en la nueva edición de los Juegos del Hambre. Con el objetivo de asegurar la victoria de Lucy Gray Baird (Rachel Zegler), Snow desplegará su astucia, encanto e inventiva para garantizar que su candidata no resulte herida.
Los juegos del hambre: La balada de los pájaros cantores y serpientes (The Hunger Games: The Ballad of Songbirds & Snakes, 2023) se presenta como una precuela de la trilogía homónima, pero con un giro que se centra en un momento crítico en la vida de Coriolanus Snow. En este punto, la estrategia, el amor y las injusticias del Capitolio se convierten en los principales determinantes que moldearán al temible villano que conocimos en la trilogía original.
Al relatar la historia, el guión utiliza diversos recursos para sumergirse en su material original (el libro del mismo nombre) y replicarlo de manera fiel, sin exageraciones ni omisiones, presentándolo con un estilo literario que se refleja en diálogos poéticos y un doble sentido particular que se relaciona con las metáforas planteadas en la película. Asimismo, al igual que en el libro, la película se divide en tres partes, segmentos poderosos que exploran de manera ordenada las situaciones que marcaron la vida de Snow, evitando caer en la monotonía.
Cuando se introducen referencias que conectan con la trilogía original, la película lo hace de manera cuidadosa, integrándolas a la trama de forma que sirvan al desarrollo narrativo y no parezcan un fan service forzado para complacer a los seguidores. En comparación con sus predecesoras, esta nueva entrega se aventura más en terreno adulto, explorando la crudeza política y conteniendo varias alegorías con la realidad.
Por otro lado, la tercera parte del film exhibe algunas debilidades al intentar abarcar diversos géneros para atraer a la audiencia, incluyendo numerosos momentos musicales protagonizados por Rachel Zegler. Aunque estos son hermosos gracias a su gran talento, no encajan completamente en la trama, lo que lleva a la película a resolver abruptamente algunos cabos sueltos debido a la falta de tiempo y coherencia.
Los juegos del hambre: La balada de los pájaros cantores y serpientes es una precuela interesante, cruda y entretenida que da un salto significativo al enfocarse estratégicamente en la política del Capitolio de Panem y en la psicología de Coriolanus Snow, uno de los personajes más malvados de la literatura juvenil.
