Crítica de "Blanquita", Fernando Guzzoni y un desgarrador viaje a través de la pederastia

Blanquita es un sombrío relato que parte de la cruda realidad del caso Spiniak y se convierte en un desgarrador drama que aborda temas tan escalofriantes como la pederastia, el secuestro de menores y la corrupción que involucraron a empresarios y altos funcionarios políticos chilenos en 2003. En el centro de esta historia, un sacerdote y una joven madre luchan incansablemente por la justicia, enfrentando innumerables obstáculos, chantajes y amenazas, incluyendo la poderosa oposición de la iglesia, que se interpone en su camino.

Uno de los aspectos más destacados de la película es su elección estilística: la falta de color y la aparente falta de emotividad en la narrativa. Esta elección tiene un propósito claro: reflejar cómo el trauma continuado endurece a las personas y las lleva a cerrarse emocionalmente. Blanquita se convierte en un lienzo en blanco en el que otros proyectan lo que quieren ver, mostrando cómo la sociedad tiende a victimizar a las víctimas y cómo la apariencia y la expresión personal a menudo eclipsan la verdad detrás de las palabras.

El elenco enfrenta un desafío complicado al interpretar personajes rotos en un mundo donde la violencia es omnipresente. La película no busca redimir a sus personajes ni ofrecer un alivio fácil a su sufrimiento; en lugar de mostrar los abusos de manera explícita, opta por sugerirlos, dejando espacio para la imaginación del espectador. Los personajes de fiscales, políticos, autoridades eclesiásticas y profesionales de la salud se convierten en obstáculos en un sistema injusto e implacable. Sin embargo, el guion inteligentemente evita la dicotomía de héroes y villanos, lo que agrega una capa de ambigüedad moral.

Blanquita no busca respuestas fáciles, sino que arroja luz sobre un mundo oscuro y deja que el espectador saque sus propias conclusiones. Fernando Guzzoni ha creado un retrato crudo de la supervivencia en un mundo oscuro, y aunque no es una película fácil de ver, es una película que invita a la reflexión sobre la naturaleza de la victimización y el poder en nuestra sociedad.