Crítica de “Temas propios”, una playlist familiar de Guillermo Rocamora

Manuel (Franco Rizzaro) defiende a su padre ante los comentarios de Agustín, su hermano menor. Una escena que, por más de que sea introductoria, recala en la intencionalidad del largometraje al resaltar las repercusiones en los jóvenes de los comportamientos de los adultos. Sumergidos en el tercer acto, en un hecho clave para la historia, el mismo Manuel se enoja con su papá por una acción que realiza. Desde ahí, en una especie de trazo repleto de matices, se visualizan las aristas de los personajes, las complejidades y lo que podrían representar los vínculos en una amalgama sin blancos ni negros.

Temas propios (2023) utiliza la excusa de la comedia para profundizar en aspectos que proponen una reflexión colectiva. Manuel tiene 18 años y es un claro apasionado de la música, aunque vive una crisis vocacional. Por otro lado, encontramos a César (Diego Cremonesi), su padre, quien tiene 45 pero se comporta de manera inmadura. Estos personajes nuclean el conflicto, tanto familiar como del guion cinematográfico. En medio de una tormenta vincular, Manuel y Agustín deciden formar una banda de rock, algo que César vivió en sus frescos momentos. Si bien al comienzo parece ser una buena idea, en donde el apoyo y la motivación de su padre están presentes, pronto esto traerá algunos inconvenientes que ponen en riesgo las relaciones.

Guillermo Rocamora (Solo) propone una obra que utiliza el humor como la clave para atravesar los dilemas familiares. La frase “Si elegís esto te vas morir de hambre” se hace presente para interpelar tópicos como la vocación y la economía en medio de la elección de un artista joven por querer hacer lo que le gusta. El arte se aloja como una fuente de ideas, propósitos, para también acompañar el recorrido y el crecimiento hacia la adultez. A base de entretenimiento, humor sano y sin recurrir a golpes bajos, Temas propios se ubica junto a las cintas que provocan la sonrisa durante el visionado.

A los mencionados Cremonesi (Chau, Buenos Aires) y Rizzaro (Doble discurso), el elenco se completa con Valeria Lois (Las siamesas) y Angela Torres (Más respeto que soy tu madre), entre otros intérpretes. La música atraviesa la cinta a través de canciones originales que se representan con el acto creativo de la composición o los toques en bares o fiestas de cumpleaños. Este último punto evidencia el choque generacional al exponer los lugares en donde tocan los adultos versus los sitios de los jóvenes. A su vez, los travelling, los cuales acompañan los desplazamientos de los personajes en bicicleta o patineta, priorizan la continuidad de los viajes físicos y emocionales.

Destacándose en elementos como la fotografía de Julián Apezteguía (El Ángel) y el diseño de arte de Gonzalo Delgado (Whisky), Temas propios nos regala una playlist familiar que surfea algunos momentos trillados y previsibles. Si bien no obtiene la electricidad pasional de las películas de John Carney que exploran los vínculos y la música, como ¿Puede una canción salvar tu vida? (Begin again, 2013) o Sing Street (2016), Rocamora encuentra acá su voz más personal y un terreno fértil y alegre para explorar.