Crítica de "Amando a Martha", Daniela López Osorio aborda los recuerdos de una familia

Martha entrega a su nieta Daniela, quien estudia cine, cuatro casetes y un diario para que pueda realizar su primera película. En estos materiales, se encuentran las memorias de la época de Martha, y Daniela descubre el dolor que su abuela experimentó en su relación con su exesposo, Amando. Los asuntos familiares del pasado emergen en el presente, y a partir de este punto, Daniela construye la historia de su familia.

Es interesante destacar que esta narrativa es tanto la construcción de las memorias de un personaje como la historia de toda una familia. Todo se presenta a través de la perspectiva de Daniela, quien reflexiona sobre los recuerdos de su abuela Martha y su relevancia muchos años después. El relato se convierte en una forma de conectar el presente de Daniela, mientras crea un retrato de su abuela Martha y lo que ocurrió en el pasado. También refleja las relaciones que Daniela establece con su madre, su abuela Martha, su exesposo Amando y otros miembros de la familia.

Esta narrativa se desarrolla en forma de retrato que se construye a partir del discurso y las palabras de los casetes y los diarios. Cada elemento textual desempeña un papel crucial en la construcción de las memorias. Cada parte del relato contribuye a la historia de Martha y su vida con su exesposo, Amando. Además, los espacios de la casa y otros lugares, así como las imágenes del presente y el pasado, adquieren diferentes matices al fusionarse con las voces de los recuerdos. Cada miembro de la familia aporta su testimonio, lo que permite presentar diversas perspectivas sobre la situación familiar.

Amando a Martha (2023) es un conmovedor relato sobre temas familiares del pasado y cómo estos se relacionan con el presente. La película explora cómo los recuerdos familiares han dejado su huella en cada uno de los protagonistas.