Netflix

Crítica de “Mar de sangre”, el tiburón que viene a poner orden

Enmarcada en el subgénero de tiburones, la película sigue a rajatabla las reglas más conservadoras del cine de terror.

Crítica de “Mar de sangre”, el tiburón que viene a poner orden
sábado 05 de agosto de 2023

El cine de terror es un género conservador, entiende a las actitudes inmorales como algo que hay que corregir con brutalidad. Por eso Jason mata adolescentes promiscuos en la cabaña junto al lago, por ejemplo.

Bajo tal idea, las primeras imágenes del festejo desmedido de unos jóvenes en la playa, en donde no falta el alcohol ni el sexo, vienen a justificar simbólicamente la masacre bestial que el tiburón blanco hará luego.

Al día siguiente de la parranda, el grupo de amigos (interpretados por Holly Earl, Jack Trueman, Catherine Hannay, Malachi Pullar-Latchman y Thomas Flynn) roba dos motos acuáticas y tienen un accidente a mar abierto, quedando varados en el océano a merced del depredador marítimo. De los cinco caerán uno a uno en la mandíbula del animal (los pecadores en primer lugar y, por supuesto, el negro) hasta quedar el más puritano en la lucha por la supervivencia.

Resulta divertido que este cine de explotación (exploitation) recurra a la ignorancia de los personajes para justificar su naufragio. Chocan las motos de agua, no pueden arreglar su funcionamiento después, no saben los riesgos de tomar agua salada, no saben nadar…son las explicaciones argumentales del guión para dejarlos en medio de la nada, convertidos en presa fácil, y sin poder regresar a la costa durante toda la película.

Mar de sangre (Shark Bait, 2022) es una propuesta tan ridícula como entretenida por su humor involuntario. Una producción que no entrega nada nuevo en materia de películas de tiburones (¿puede hacerse algo original a esta altura?) pero cumple con cada uno de los tópicos del terror, con sus clichés y escenas trilladas.

4.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS