Crítica de "Papá al rescate", Benjamín Vicuña en una comedia familiar gay para el olvido

La trama sigue a Nico (Vicuña), quien, a una semana de su matrimonio igualitario, descubre que debe hacerse cargo de una hija a la que nunca conoció. Con tan solo tres días para recuperarla antes de que sea llevada al sistema de adopción, se embarca en un viaje lleno de situaciones predecibles y clichés gastados propios del género. Sin embargo, la película no logra cumplir con su intención de distender al espectador con el paisaje y los diálogos divertidos, ya que estos elementos se vuelven monótonos y superficiales, sin ofrecer nada nuevo ni interesante.

El guion, escrito por Freund y Muñoz, carece de originalidad. Los gags son forzados y exagerados, sin lograr generar risas genuinas. Además, Papá al rescate cae en el error de sobreexplotar los estereotipos de los personajes, ofreciendo interpretaciones planas y poco convincentes por parte del elenco. Los diálogos se sienten forzados y poco naturales, lo que afecta negativamente la calidad de las actuaciones y la credibilidad de la historia.

A nivel técnico, la dirección de Carnevale es inconsistente. Si bien algunos momentos destacan por su cuidado en la composición visual y el manejo del paisaje, en general, carece de una identidad visual definida y presenta una estructura demasiado televisiva.

Además, la historia intenta abordar temas relevantes como los modelos de familias homoparentales y la adopción, pero lo hace de manera superficial y sin profundizar en ellos. Las reflexiones que podrían haber sido potentes quedan diluidas en una narrativa superficial y carente de sustancia.

Papá al rescate no logra cumplir con las expectativas de ser una comedia entretenida con un mensaje reflexivo, y queda en el olvido como una producción mediocre para nada recomendable.