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Crítica de "Tu casa o la mía", Reese Witherspoon y Ashton Kutcher en la comedia romántica ideal para San Valentín
Si bien es cierto que en el género de la comedia romántica ya está todo dicho y la estructura siempre es la misma, más allá de como se elija contar la historia, no siempre los resultados son positivos, dependiendo en la mayoría de los casos del casting elegido y el pulso de quien dirige para llevar adelante un relato que uno sabe de antemano cómo va a terminar.
Aline Brosh McKenna, guionista de El diablo viste a la moda (The Devil Wears Prada, 2006) y Cruella (2021), en su debut como directora, es la responsable de Tu casa o la mía (Your Place or Mine, 2023), una comedia romántica clásica, sin trucos ni trampas, protagonizada por Reese Witherspoon y Ashton Kutcher, dos interpretes que conocen el género a la perfección y saben como explotar al máximo cada uno de los tópicos que lo rigen.
La historia se ambienta en dos ciudades opuestas ubicadas en ambos extremos de los Estados Unidos y tiene como protagonistas a dos cuarentones, que hace 20 años tuvieron un encuentro sexual de una noche, y que la vida los convirtió en mejores amigos a pesar de ser muy distintos. O al menos es lo que querían creer.
Debbie (Reese Witherspoon) es madre soltera y vive en una modesta casa de un barrio de Los Ángeles con su hijo preadolescente al que sobreprotege al extremo. Una mujer que al igual que su amigo, siempre amó la buena lectura, pero que ahora está preocupada por un seminario de contabilidad que le sumará puntaje (y dinero) en su trabajo. Peter (Ashton Kutcher) vive en un espectacular piso de Nueva York, cambia de novia cada seis meses, no tiene apremios económicos y maneja su vida con total libertad. Ambos pueden pasar horas hablando por teléfono contándose todo (¿?).
Cuando Debbie tiene que viajar a Nueva York para tomar el famoso curso que le servirá para aliviar su economía aparece el primer problema. La amiga que iba a cuidar de su hijo tiene un inconveniente de último momento. Todos los planes previos se desmoronan y decide suspender el viaje. Pero, como amigos son los amigos, Peter saca un pasaje a Los Ángeles con la intención de cuidar al joven mientras ella está Nueva York. Esa semana, en que ambos habitarán en la casa del otro, corriéndose de sus zonas de confort, servirá para descubrir aquello que desconocían de quien creían saberlo todo y que las semejanzas predominan sobre aquellas supuestas diferencias.
Heredera de las clásicas película de Nora Ephron, Sintonía de amor (Sleepless in Seattle, 1993), o Nancy Meyers, El descanso (The Holiday, 2006), y sostenida en gran medida por dos buenos interpretes que aportan carisma y buena química, Tu casa o la mía es honesta y no disfraza con juegos absurdos ni giros fatuos su naturaleza de ser un mero entretenimiento, divertido, liviano y cristalino. Una manera de pasar el tiempo frente a la pantalla y sentir que valió la pena, pese a creer que de antemano se conocía todo.
