Crítica de “Monstruo del mar”, las aventuras marítimas nominadas al Oscar para cerrar la grieta

Con la mística de Moby Dick (1956), King Kong (1933), Godzilla (1954), El mundo perdido (The Lost World, 1925), Una aventura extraordinaria (Life of PI, 2012), Viaje al fondo del mar (Voyage to the Bottom of the Sea, 1961), Cómo entrenar a tu dragón (How to Train Your Dragon, 2010), y cuanta película de aventuras que tenga al ser humano enfrentando a lo desconocido, se desarrolla Monstruo del mar (The Sea Beast, 2022), una superproducción animada que presenta lo mejor del género en todo sentido.

Jacob Holland (voz en inglés de Karl Urban) es un cazador de monstruos marinos que adquirió estatus de leyenda por sus hazañas en el pasado. Estamos en la época de los piratas donde otra cosmovisión del mundo -en términos del film: relación del hombre con el medio ambiente- primaba entre las personas. Por eso se embarca junto a otros rústicos marineros con el fin de enfrentar a temibles bestias que habitan en el fondo del mar. Pero oculta en el barco se encuentra la pequeña Maisie (voz en inglés de Zaris-Angel Hator) quien cambiará la perspectiva del hombre al trazar un vínculo con el enorme animal apodado Rojo.

La primera mitad de Monstruo del mar sigue la épica del hombre conquistando el océano, cruzando horizontes y luchando contra las tempestades y criaturas desconocidas que puedan aparecer. La cámara se ubica junto a los movimientos de cada coreográfica pelea que aporta ritmo y dinamismo a un film sorprendente. Esta pasión por la aventura remite a los clásicos del género pero también construye los vínculos entre los personajes y con ellos, el mensaje superador.

Es que la segunda mitad sin nunca olvidarse de la aventura, pone en crisis la histórica leyenda de monstruos contra los humanos transmitida en los libros e impregnada en el imaginario. Porque cuando Jacob y Maisie conocen a Rojo descubren que pueden convivir perfectamente y terminar con la confrontación milenaria. El punto ahora es si pueden convencer al resto de los humanos.

Con esta premisa la película, del mismo modo que las mencionadas anteriormente, desarrolla un mensaje a favor del equilibrio ecológico en pos de una relación de armonía entre el ser humano y el medioambiente y, sobre todo, el fin de la grieta social que tiene al odio como único motor de las acciones sin ninguna razón de ser.

Monstruo del mar es el primer mega éxito de Netflix de animación, con un realizador que surge del riñón de Disney, y que puede competir -y ganar sin problemas- a cualquiera de las producciones del género. Una apuesta por el gran cine para ser disfrutado en la comodidad del hogar.