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Crítica de "Élite 6", sexo, droga, desnudos y una nueva muerte anunciada

"Élite" (2018 - 2022), uno de los mayores éxitos españoles seriales de todos los tiempos, regresa apostando de nuevo a todos los tópicos de las temporadas anteriores anteriores, volviéndose repetitiva y predecible, mostrando cierta pereza por parte del equipo creativo, encabezado por Carlos Montero y Darío Madrona, o una carencia total de ideas para mantenerse con éxito.

domingo 20 de noviembre de 2022

La sexta temporada de esta serie ambientada en el colegio Las Encinas, al que concurren millonarios adolescentes, se destaca por no contar con ningún interprete de las primeras partes. Pero no por eso se desprende narrativamente de la saga, sino que introduce nuevas historias o desarrolla otras que quedaron abiertas de la temporada anterior (aunque muchas veces se quiere hacer creer que algunos personajes ya eran parte de la historia para buscar así una mayor fluidez, como el caso del personaje trans de Ander Puig).

En esta sexta parte Las Encinas intenta lavar su imagen y tapar los desastres del pasado con una nueva y amigable directora. La muerte de Samuel supone un antes y un después para muchos, pero los problemas en las aulas continúan con el foco puesto en la homofobia y la violencia machista. Ari, Mencía y Patrick (que toman el relevo de la vieja guardia) regresan al colegio con la idea de no dejarse llevar por los problemas de su padre, Benjamín, desesperado por demostrar su inocencia.

Todo comienza con Iván, que es atropellado en plena calle por un automóvil. A medida que avanzan los episodios, todo va encaminándose a descubrir el cómo, quién y por qué. En esta ocasión no se recurre a los interrogatorios policiales, pero la línea es muy similar a lo tantas veces visto con anterioridad. Más allá del thriller, los ingredientes de este cóctel explosivo también son las fiestas, las drogas, los excesos, los desnudos y el sexo. El entretenimiento está puesto en un universo lleno de estereotipos explícitos y el caos argumental es evidente. Se repiten tramas, los giros narrativos son injustificados, forzados y la banalidad convierte en ridículas temáticas complejas como la violencia de género y las adicciones.

Con protagonistas carentes de carisma, una banda sonora que rellena la inconsistencia narrativa, técnicamente empobrecida y una estética bastante decadente, con respecto a la opulencia de sus temporadas anteriores, Élite, parece agotada, sin nada nuevo que aportar y sin el factor sorpresa de los inicios. El éxito español que atravesó fronteras y abrió puertas necesita una vuelta de tuerca si quiere mantenerse a flote. Un giro de timón brusco que la vuelva a posicionar en ese lugar que alguna vez supo estar o, por lo contrario, tomar la sabia decisión de darle un punto final. Aunque pese a todo hay que reconocerle una virtud: entretiene desde la superficialidad y se ve de un tirón.

4.0
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