Los frutos de una década de Festival

De voluntarios del FAB al mundo de las producciones audiovisuales

El Festival Audiovisual Bariloche concluyó este domingo pero dejó muchas historias para contar. Una de ellas es la de Samanta, Luchi y Chicho que comenzaron como voluntarios en el FAB y hoy están realizando sus propias producciones audiovisuales.

De voluntarios del FAB al mundo de las producciones audiovisuales
lunes 26 de septiembre de 2022

Las vidas de Samanta, Luciana y Chicho no volvieron a ser las mismas desde el momento en que se cruzaron con el Festival Audiovisual Bariloche. 

Por eso cuando se habla de un Festival de Cine hay que tener en cuenta que no es sólo un espacio para ver películas o hacer un taller. Un Festival de Cine es un punto de encuentro entre personas apasionadas por el mundo audiovisual que contagian esa pasión a otras personas. 

Y de ese modo se suceden historias como estas:

-Samanta Onnainty - asistente de dirección de FAB

Nacida en Bariloche su inquietud en la adolescencia estaba enfocada en la pintura y el diseño. Al terminar la secundaria se anotó en la carrera de Diseño Artístico Audiovisual que se dicta en El Bolsón.

“En el año 2017 me sumé como voluntaria en el FAB y en el 2019 presentamos el corto Naturaleza Olivia que ganó un premio a la Mejor Fotografía”, cuenta Samanta en un corte del ajetreo que impone el Festival.

Motivada por todo lo que se vive en un Festival de Cine en 2019 Samanta asume la dirección del Festival Artístico Audiovisual (F.A.A.) de El Bolsón.

“Nos hicimos cargo los estudiantes para que se continuara haciendo algo que nació como una muestra de trabajos de alumnas y alumnos y lo convertimos en un Festival que no para de crecer”, dice Samanta.

Para la actual asistente de dirección del Festival “la influencia del FAB fue fundamental a la hora de pensar cómo organizar y llevar adelante un festival de cine”.

Con un proyecto laboral junto a su compañero llamado Arta, Samanta fue programadora en 2022 del PEFF (Patagonia Ecologic Film Festival) de Puerto Madryn y está terminando su tesis sobre “Dirección de Festivales”.

-Luciana Pizzorno - proyectorista del FAB

El proyector de la biblioteca Sarmiento la tiene a cargo a Luciana a la que todos conocen como “Luchi”. Cuando terminó la secundaria ganó una beca en el CIEVYC de Buenos Aires, una de las escuelas de mayor antigüedad y trayectoria en Dirección de Cine en la Argentina.

“En el último año del secundario, en 2014, un profesor nos trajo al F.A.B. y quedé flasheada y pensé qué lindo sería presentar una producción en el Festival. Quedó ahí, dando vueltas”, cuenta Luchi.

Instalada en Buenos Aires empezó a viajar a Bariloche pocas veces al año pero en fechas especiales como su cumpleaños que justamente coincide con los días del FAB.

Entonces me metí en el FAB como voluntaria y así estuve 2 años hasta que Diego Carriqueo -que es mi padrino en el mundo audiovisual- me dijo ‘es hora de que cambies de lugar’ y me ubicó como proyectorista en el kilómetro 18 donde hay un pequeña y hermosa sala de cine en un hotel”, recuerda Luciana.

Aunque parezca lejos un montón de personas se acercaban hasta ese lugar para disfrutar también del Festival.  “A las 12 me tomaba un colectivo desde el centro de Bariloche para llegar con tiempo a la función de las 14 y me quedaba todo el día ahí, hasta la última función, la de las 18 y después ya me volvía. Fue una experiencia hermosa”, cuenta Luchi que además de proyectar también presentaba las películas y cortaba las entradas. 

Este año junto con un compañero se presentaron al FOMECA Audiovisual de la provincia de Río Negro y ganaron. “Así que estamos próximos a rodar un cortometraje de ficción que se llama Vías”.

A punto de arrancar otra proyección, Luciana cierra: “al FAB le tengo mucho cariño, me ha dado muchísimo y le estoy muy agradecida”.

Francisco Aranda - voluntario

Todos lo conocen como Chicho. Con su voz amable y gestos tranquilos anduvo por este 10ª FAB cortando entradas en la biblioteca y con otras tareas. Viene del palo del dibujo, las historietas y del muralismo.

Su relación con el FAB comenzó en la edición de 2017, cuando aún estaba en el colegio secundario, momento en que fue convocado para pintar un mural. 

“Esa experiencia de pintar algo relacionado al cine me acercó a mirar muchas películas y en el 2019 empecé a estudiar la carrera de Diseño Artístico Audiovisual en El Bolsón”, cuenta Chicho.

Actualmente está con un proyecto que está en fase de post-producción que se llama Retruco. “Trata sobre un cuatrero que pierde sus pertenencias robadas en un partido de truco y después se alía con la tabernera para recuperar lo perdido”, explica.

Empieza una nueva función y Chicho se calza la gorra del FAB para recibir al público. “Buenas noches, ¿qué tal?, bienvenidos al F.A.B.”, dice al recibir a las personas asistentes.


Samanta, Luciana y Chicho. Tres historias. Tres vidas diferentes pero un mismo modo de vivir los sueños atravesados por la magia del cine y el efecto del FAB.

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