Netflix

Crítica de "Atenea", Romain Gavras y la estilización de la violencia para resaltar los discursos de odio

Romain Gavras (Le monde est à toi, 2018), reconocido realizador de videoclips, además de hijo del mítico director Costa-Gavras, estrenó en la Competencia Oficial de la reciente Mostra de Venecia Atenea (Athena, 2022), una frenética y estilizada película sobre la marginalidad, los discursos de odio y la violencia, coescrita junto a Elias Belkeddar y Ladj Ly (Les Misérables, 2019). El resultado no es más que un ensayo estilístico plagado de clisés y efectismos.

domingo 25 de septiembre de 2022

La historia, un thriller ¿social? y bélico, que busca emular una tragedia griega, se desarrolla en el barrio ficticio parisino de Atenea (Diosa de la guerra, conocida por su sabiduría y destreza militar) pocas horas después de que se filtren en las redes sociales una serie de imágenes donde un adolescente islámico es golpeado y muerto por un grupo de supuestos “policías”. En medio de la tragedia se encuentran los tres hermanos de la víctima, radicalmente opuestos entre sí, que eligen enfrentar cada uno a su manera la guerra que se desata. Abdel (Dali Benssalah), integrante del ejército francés, que busca una solución, Moktar (Ouassini Embarek), un narcotraficante que juega para ambas puntas, y Karim (Sami Slimane), un adolescente revolucionario que pide los nombres de los responsables.

Atenea muestra un presente distópico que comienza con un plano secuencia de 12 minutos de duración que incluye la toma a una dependencia policial por un bando civil y del barrio por la fuerza armada, introduciendo al espectador en la guerra y ese estado de tensión latente que Gavras busca marcar y remarcar, pero también presentando el estilo de la película, un largo videoclip con escenas “magistralmente” coreografiadas, cargadas de un efectismo innecesario, travellings, panorámicas, cámara en mano, primeros planos, tomas con drones, y todos los recursos estéticos que a uno se le puedan ocurrir, sumado a una banda sonora electropop de Gener8ion que no para de sonar como si se tratara de una "ópera bélica".

Gavras, no busca un realismo en su puesta en escena, busca la grandilocuencia y la opulencia visual. Todo es excesivo, algo que le viene muy bien si lo que se quiere es tapar las carencias narrativas de un guion que después de los primeros 12 minutos se desinfla y nunca más puede remontar. Hay un interesante viraje hacia lo mitológico, desaprovechado frente a la espectacularidad estética, para retractar las diferencias de clases, los abusos policiales, el descontento social, la escalada de la ultraderecha y de grupos neonazis que buscan sembrar el caos para llegar al poder.

Programas de TV muestran a políticos y periodistas clasistas y xenófobos con discursos de odio. Lo real se confunde con lo pretencioso. La miseria se vuelve cool, la violencia elegante y la reflexión que busca generar se pierde entre efectos y efectismos.  

5.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS