Crítica de "El silencio de los fusiles", el prolegómeno de la paz de Natalia Orozco

Presentado en el Festival Internacional de Cartagena de Indias (FICCI) a principios de año, el segundo documental de Orozco luego de Benghazi, beyond the front line (2012) analiza el detrás de escena de las conversaciones y reuniones que surgieron entre el presidente Juan Manuel Santos y los referentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, con el fin de alcanzar la paz.

Con su voz en off y títulos que tratan de ordenar los diferentes capítulos del film, Orozco nos presenta los hechos de los que fue testigo privilegiada, primero como ciudadana y ahora como periodista y realizadora. El silencio de los fusiles es el resultado de un rodaje que le demandó cuatro años.

El punto débil del documental lo encontramos cuando este adopta ciertas formas que están más cerca del lenguaje televisivo que del cinematográfico. La directora elige exponer los sucesos de forma cronológica, como en una crónica periodística, y no despliega ningún elemento atractivo que lo diferencie de un informe realizado para la televisión.

Asimismo, la realizadora procura que los actores principales tengan un tiempo similar en pantalla y dota al relato de un aparente equilibrio pero deja poco espacio para las voces de las víctimas, que recién sobre el final del documental se ven cara a cara con los líderes de las FARC.No obstante, El silencio de los fusiles se configura como un gran trabajo periodístico para comprender el proceso de paz que continúa hasta nuestros días.