Netflix - 3 Puntos

Crítica de "Fuimos canciones" y la insoportable liviandad de Elísabet Benavent en una película anacrónica

La señal de streaming que ya había probado suerte con la adaptación de la saga “Valeria” (2020-2021) transformada en una superficial serie, plagada de estereotipos y lugares comunes, pero que a pesar de todo se convirtió en éxito inexplicable, vuelve a trabajar sobre la obra de la best seller española Elísabet Benavent adaptando ahora al formato largometraje el díptico "Fuimos canciones".

martes 05 de octubre de 2021

La historia de Fuimos canciones (2021) se centra en Macarena, la asistente de una influencer de moda que no hace otra cosa que maltratarla. Sus únicas dos amigas, son más inestables que ella, y con problemáticas tan diversas como incongruentes, y para colmo de males reaparece Leo, un ex novio que pasó de ser el amor de su vida al mayor error que cometió. Todo este abanico temático convierte a Fuimos canciones en una ensalada rusa con muchos ingredientes, pero sabor a nada.

Protagonizada por María Valverde, Álex González, Elisabet Casanovas, Susana Abaitua y Eva Ugarte, la película que dirige Juana Macías como no podía esperarse, frente a la liviandad de una autora que intenta teñir su obra de un feminismo progresista, pero que para hacerlo recurre a lo más rancio y demodé del género romántico, al igual que Valeria, la serie, es una sucesión de clisés y lugares comunes sobre tópicos como el amor, el trabajo, la amistad, la maternidad y el rol de la mujer en la sociedad actual, pero tratabajado desde una óptica tan superficial y empalagosa que atrasa cincuenta años, careciendo de frescura, dinamismo y mucho menos empatía con un género que supo (y tuvo) que reinventarse.

El relato sigue el punto de vista de Maca, que apela al recurso de romper la cuarta pared escena tras escena para explicar los sentimientos y acciones de su personaje. Un formato que resulta interesante en el arranque, pero que a medida que la trama avanza se convierte en una tortura injustificable; al igual que la seguidilla de giros narrativos tan predecibles como soporíferos. Los gags no funcionan pese a que los actores hacen lo que pueden para sacar adelante un texto vacío de contenido que, para colmo de males, busca ser profundo y rupturista. Aunque nadie lo crea.

Fuimos canciones vuelve a demostrar que la insoportable levedad de la obra de Elísabet Benavent puede ser peor en el cine que en la literatura, sobre todo si cae en manos de alguien, que por más maestría y buenas intenciones que tenga, quiere darle vuelo a un texto que se estrelló antes de convertirse en palabras.

3.0
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