Crítica de la peruana “LXI (61)”, de Rodrigo Moreno del Valle, reencuentros

LXI (61) (2021) se concentra en el enfrentamiento frente a la muerte y la pérdida, con una historia de estilo simple que busca profundidad desde su argumento, el aspecto visual y la construcción de sus personajes. 

Humberto (Javier Saavedra), recibe la llamada sobre la muerte de su amigo Augusto F. Bernal. Afectado por la noticia, luego del entierro se reúne con tres amigos, Christian (Sebastián Rubio), Daniel (Rodrigo Palacios) y Gabriela (Cynthia Moreno) en el departamento de uno de ellos y así transitan la noche entre los recuerdos y el reencuentro. La reunión traerá un evento del pasado que los une a todos, asociado a un video que mandó por email Bernal. En ese punto deberán lidiar con la pérdida de su amigo, con indicios de que se trató de un suicidio y también con lo sucedido en el colegio. Cada uno de ellos, con una personalidad distinta tendrá la noche para hablar sobre sus emociones, identidades y secretos.  

Desde el inicio se plantean los dos elementos que van a definir la idea de la película: la conexión entre los personajes y el recorrido de la trama de la película. Primero, un video que mezcla distintas imágenes, entre ellas las de una fiesta de promoción y el mensaje que dejó Bernal para sus amigos (en un registro más experimental y rítmico que se contrapone al estilo visual de la película). Y luego, el recorrido en bicicleta de Humberto que parece concentrar todo el relato. Resulta un recurso atractivo que ambos elementos se utilicen para enmarcar la película y así, alcanzar otros niveles metafóricos.

Con una estética gris y puesta sobre el vacío, la película se centra en lo que los personajes no dicen. El encuentro es lo que permite dilucidar lentamente todo ello. La acción sucede prácticamente en un único espacio donde los personajes, como en una película de John Cassavetes, se entregan a las emociones de la noticia. 

El relato muestra las consecuencias de la muerte. Al tratarse de un suicidio, surgen sensaciones sobre lo inexplicable, la ausencia de sentido. La imagen principal donde están los cuatro amigos frente al mar, en un plano general con el color azul predominante, representa el estilo visual de esta propuesta.

Sin duda el director Rodrigo Moreno del Valle resalta el aspecto teatral para construir el relato. A partir de episodios bien definidos y a través de los diálogos, surgen cuestiones sociales, políticas y culturales, y la interacción entre los actores, elementos que elaboran el clima de toda la película.