"Fatale", como en "Atracción fatal" pero sin conejos y con Hilary Swank

Dirigida por Deon Taylor, con guion de David Loughery, y protagonizada por la ganadora del Oscar Hilary Swank y Michael Ealy, Fatale (2020) refleja la pesadilla de un afamado representante de deportistas luego de haberle sido infiel a su esposa durante un viaje a Las Vegas.

Derrick Tyler (Michael Ealy) es un representante de estrellas deportivas que lo tiene todo. Una empresa que vale millones, una casa de diseño hecha a su medida, un socio que también es su amigo y una bella esposa dedicada al rubro inmobiliario con la que está atravesando una pequeña crisis. Junto con su socio viaja a Las Vegas a una despedida de soltero y éste le convence para que tenga una aventura. En la barra del bar conoce a Valerie Quinlan, como la de Sed de mal (Hilary Swank), una atractiva mujer con la que termina pasando la noche. Se despiden, cada cual toma su rumbo y a otra cosa mariposa. Pero, un intento de robo en la casa de Derrick vuelve a juntar a la pareja de amantes. Ya no como tal sino ella como la agente de policía encargada de resolver el caso y a él como el damnificado. La pesadilla todavía no empezó.

Fatale es un thriller psicológico, con mucha acción y suspenso, que inicia con una historia que el cine contó ciento de veces y que por su nombre no se puede desasociar de Atracción fatal (Fatal Attraction, 1987), el clásico de Adrian Lyne con Michael Douglas y Glenn Close. La amante vengativa y despechada que acosa a su amante sin importar las consecuencias.

Lo diferente en Fatale no es el conflicto inicial, ni siquiera como lo cuenta, sino los giros narrativos inesperados que le restan previsibilidad al desenlace y que, sin llegar a convertirla en una obra maestra, ni mucho menos, logran que funcione como un producto de entretenimiento pasajero. No hay conejos hervidos, pero sí un tendal de muertos.