Crítica de "Isabel", la biopic sobre la escritora chilena Isabel Allende

Isabel Allende nació en Lima, Perú, un 2 de agosto de 1942, mientras su padre se desempeñaba como secretario de la embajada de Chile. Cuando tenía tres años, su progenitor, primo del ex presidente Salvador Allende, abandona a la familia. Junto a su madre y sus dos hermanos menores debe regresar a Chile. Años más tarde su madre se vuelve a casar con el diplomático Ramón Huidobro Domínguez y entre 1953 y 1958 son destinados a Bolivia. A su regreso, Isabel comienza un noviazgo con Miguel Frías con quien se casa y tiene dos hijos: Paula y Nicolás. Tras el Golpe del 73, ella y su familia se exilian en Venezuela, donde viven hasta 1988. Desde entonces está afincada en Estados Unidos.

Isabel (2021), dirigida por Rodrigo Bazaes y protagonizada por la actriz Daniela Ramírez, hace un recorte de los primeros 50 años en la vida de la escritora chilena. La historia comienza cuando en medio de la presentación en Madrid de la novela El plan infinito le avisan que su hija Paula sufrió una descompensación y está internada en un hospital de Barcelona. Isabel sale corriendo y minutos después de llegar, Paula, entra en coma. A partir de esa situación la trama recurre al flashback para situarse sobre los primeros años de vida de la autora de Eva Luna y Afrodita. Pero en su vida también fue fundamental otra Paula, el nombre de la revista chilena feminista fundada en los años sesenta y el primer lugar en donde Allende escribió. El otro pilar sobre el que navega la trama.

La miniserie, de tres episodios, que funciona como un homenaje a las "Paula" de su vida, recorre a través de un guion que nada en las aguas del melodrama, la vida de la mujer que desafió la estructura patriarcal de una sociedad que condenaba a aquellas que buscaban desarrollarse profesionalmente. La historia se posa sobre la Isabel hija, madre y esposa, a través de los diferentes retos y demandas que se esperaban para una mujer sumergida en una sociedad conservadora, en medio de un gobierno dictatorial, y así mostrarla entre la realidad y la fantasía, con familiares muertos que se aparecen en los espejos (en referencia su primera novela) o frente al abandono de su padre, algo que marcará su vida impulsiva y siempre alejada de las imposiciones sociales, a pesar de su condición clasista y burguesa. Las historias personales se entrecruzan con aquellas que la escritora relató en cada uno de sus libros y ese elemento hace que Isabel funcione mucho más. Hay realidad, hay ficción, realismo mágico y mucha nostalgia. El perfume de sus novelas se respira en cada una de las imágenes, de los díalogos, de la atmósfera que rodea el entramado narrativo y visual.

Con más de 74 millones de copias vendidas, Isabel Allende se convirtió en la escritora hispana más leída del mundo. Además, sus historias fueron traducidas a más de 42 idiomas y algunas de ellas, como La casa de los espíritus o De amor y de sombras, llegaron al cine, otras como Inés del alma mía, se convirtieron en miniserie. Su vida, también.