7 Espanoramas - 6 Puntos
Crítica de “Entre perro y lobo”, ficción y documental de Irene Gutiérrez
Tres veteranos de la Guerra de Angola se disponen a vivir una experiencia intensa y conmovedora: entrenar y revivir sensaciones que tuvieron como soldados. Un viaje sentimental hacia las entrañas de la revolución cubana.
Entre perro y lobo (2020), película de Irene Gutiérrez, combina recursos poéticos, imágenes de archivo y testimonios descarnados para sumergirnos en las vivencias de los ex combatientes cubanos. Una obra que mezcla ficción y documental, y donde la cámara termina siendo la testigo preferencial de un viaje que remueve todo tipo de emociones.
El sonido se convierte en el elemento clave de la película. Los silencios, la música y el tono de las voces forman una melodía que grita revolución. La selva cubana, lugar en donde se inmergen los tres hombres, resulta ser el escenario ideal para recorrer cada historia.
No vamos a presenciar una película bélica. Los soldados se sienten prisioneros de sus recuerdos y, revivirlos junto a ellos, nos genera un golpe inmediato. Verlos transitar por sus memorias genera un efecto tortuoso: seguimos un viaje y somos testigos de sus sufrimientos, lo cual provoca que la obra no se disfrute en su total plenitud.
Sin embargo, el respeto y la trascendencia resaltan a simple vista. Los fundamentos revolucionarios emergen en virtud del rescate de aquellos valores que muchas veces damos por perdidos. Detenidos en el tiempo, sostenidos por su voluntad y con las ganas de luchar por sus principios, tres hombres emprenden un ritual de conexiones tanto mentales como espirituales.
