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Crítica de “Un amor extraordinario”, Liam Neeson deja la acción por una romántica

El recordado actor de sagas en donde la venganza marca el pulso narrativo, se une a Lesley Manville para desarrollar una historia de resiliencia y dolor, en donde la cotidianeidad genera climas únicos para contar la vida de una pareja que debe afrontar la enfermedad de uno de ellos.

miércoles 24 de marzo de 2021

Un amor extraordinario (Ordinary Love, 2019) se inscribe en el subgénero dramático que tiene a personas con algún tipo de enfermedad como protagonistas, pero la principal virtud de la propuesta, dirigida por Lisa Barros D’sa y Glen Leyburn, está en su escape de lugares comunes y la lágrima fácil, aun cuando aquello que cuenta ya se ha visto en varias oportunidades en el cine.

Joan (Manville) y Tom (Neeson) disfrutan de la mutua compañía que se hacen. Reparten las horas del día entre caminatas, largas charlas y mirar televisión en la comodidad del hogar sin ninguna otra obligación. El guion de Owen McCafferty describe a ambos desde un contraste específico, Tom es un ermitaño bebedor de cerveza que dice lo primero que se le pasa por la cabeza, mientras que Joan es mucho más medida y políticamente correcta.

Rápidamente ese momento de tranquilidad aparente, es trastocado por una posible enfermedad de uno de ellos que cambiaría el estadío actual de una pareja que deberá lidiar con médicos, hospitales, quimioterapias, intervenciones y mucho más.

D’sa y Leyburn responden a inquietudes que se disparan en los protagonistas, ¿cómo manejar una enfermedad entre dos? ¿qué hacer ante la inevitable conciencia de la finitud de la pareja de hace tantos años? ¿cómo manejar las crisis sin afectar a aquel que está padeciendo el difícil proceso de la enfermedad?

“Los hospitales me recuerdan a la muerte”, dice Tom en el primer viaje en automóvil hasta la institución. Se olvida que está hablando de una sensación que él tiene y que seguramente afectará al otro. “¿Qué pasaría si tengo cáncer?”, pregunta dubitativa Joan, y la respuesta tiene que ver con evasiones.

Pero cuando finalmente la noticia responde a esa inquietud, allí Un amor extraordinario comienza un entrañable relato en el que, con solvencia, Neeson y Manville, responden a personajes con varias capas, las que se van revelando a lo largo de la narración, la que, si bien posee una estructura tradicional y simple, en climas y atmósferas suma potencia y verdad.

A diferencia de otros relatos en los que se presenta a los protagonistas junto a un grupo de amigos, familiares y compañeros de trabajo, acá Joan y Tom están solos, al punto de entablar, en medio de la quimioterapia, un vínculo estrecho con un ex docente de su hija, de la que, sólo sabremos que fue asesinada.

Y así, en ese retaceo de información, pero en la sólida creación de climas y diálogos, la película avanza de manera entrañable con su relato de supervivencia, de amistad, de amor, y también de dolor, sabiendo que está marcando una diferencia dentro de un subgénero lacrimógeno, que aquí, afortunadamente, saca más sonrisas que llanto.

8.0
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