Crítica del final cut de Zack Snyder sobre “La Liga de la Justicia”

La Liga de la Justicia de Zack Snyder (Zack Snyder’s Justice League, 2021) puede verse como una película de cuatro horas o, a través de la segmentación imaginada para plataformas, a partir de seis episodios y un epílogo, que recuperan la mirada única del realizador sobre el grupo de héroes que intentará devolver paz al mundo tras el asesinato de Superman (Henry Cavill) en manos del villano todopoderoso Darkseid.

A diferencia de la película estrenada en 2017, con Joss Whedon reinventando su visión del universo DC a las apuradas, desatendiendo los lineamientos que el propio Snyder había pautado en su relato, La Liga de la Justicia de Zack Snyder deposita en la creación de escenas intimistas, el espacio ideal para luego arremeter con todo en contiendas brutales en las que ambos lados, el bien y el mal, dejarán todo para conseguir sus objetivos.

Mientras en la versión anterior todo era confusión y desconcierto, aquí todo logra cohesionar y explicarse, dedicando el tiempo necesario para comprender cómo es que el grupo conformado por Batman (Ben Affleck), Cyborg (Ray Fisher), Wonder Woman (Gal Gadot), Aquaman (Jason Momoa) y Flash (Ezra Miller) termina uniéndose para salvar al mundo de la oscuridad en la que ha caído tras la muerte del hombre de acero.

Hay una épica que va por delante de las imágenes, que potencia ideas y que, más allá de la pirotecnia visual y sonora, vectores normativos hacen avanzar la progresión dramática tensionando los hilos conflictivos, pero depositando también en el humor y reflexiones profundas sobre a sociedad, algo más que el mero pasatiempo que puede llegarse a comprender que es.

La Liga de la Justicia de Zack Snyder habla de seres perdidos, de sujetos que han visto lo peor frente a sus ojos, pero que saben que aún hay chances para revertir un estado de las cosas que, con pesimismo y mala voluntad, sólo complicaría aún más el desolador cuadro que la humanidad está viviendo.

Aquellas ideas que vimos resumidas y sincopadas en la película precedente, pero que aquí, al poseer una estructura mucho más laxa, se posibilita la presentación, por ejemplo, de cada uno de los personajes con el tiempo que se necesita para empatizar y revalidad un discurso que resignifica el trabajo en equipo.

Sin apuros, Snyder recupera el espíritu de su proyecto original, un relato en donde hombres y mujeres asumen los poderes que tienen, midiendo las consecuencias de los mismos y privilegiando ideas asociadas a esa frase de “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, a partir de los dubitativos pensamientos y reflexiones de estos héroes.

La Liga de la Justicia de Zack Snyder posee una mirada sobre sus personajes que no defrauda, con una visión completamente distinta a la de la película estrenada hace años, abriendo un mundo nuevo para los fanáticos, y, quien sabe, más aventuras de estos héroes dolientes que se eligen entre sí para salvar al mundo.