Borrón y empezar de nuevo

La Dama y El Vagabundo

Con el objetivo de aggiornar clásicos y darles una nueva vida a franquicias exitosas, los estudios Disney han decidido revisitar películas animadas emblemáticas para impulsar en espectadores noveles, y en aquellos que ya las disfrutaron, la posibilidad de volver a ver lo ya conocido desde otro lugar. Así es como una serie de live actions han llegado para promover una vuelta de tuerca sobre lo conocido, y ahora es el turno de La Dama y El Vagabundo (Lady and the tramp, 2019), bajo la dirección de Charlie Bean (LEGO Ninjago: La Película).

La Dama y El Vagabundo
viernes 25 de diciembre de 2020
Frente a este tipo de propuestas hay dos opciones, la de renegar y mantenerse al margen, preservando la romántica mirada primigenia que se tuvo sobre su predecesora, o, hacer borrón y cuenta nueva para sumergirse en el universo creado para la nueva oportunidad.En la película hay una mirada nostálgica sobre su origen que repercute en todas las áreas involucradas, y si por momentos uno recuerda la animada y la tiene presente, aun negándola a la hora de ver la nueva adaptación, se hace evidente la falta de diálogo con la actualidad, siendo contextualizada en el pasado pero evitando determinados cambios de paradigma que en los últimos 65 años se han producido.La Dama y El Vagabundo es una propuesta vieja, que ni siquiera con las más avanzadas técnicas de animación puede ubicar al romance entre los mencionados en el título, como una entrañable historia de amor y superación. Al contrario, debido a su ingenua estructuración y a un debilitamiento de los conflictos, por el paso del tiempo, más que una nueva película asistimos a una poco lograda reversión.Justin Theroux y Tessa Thompson le ponen la voz a los caninos, y Kiersey Clemons y Thomas Mann se convertirán en los padres adoptivos de Reina, la hermosa cocker que ha sabido conquistar a todos desde siempre.Lo políticamente correcto tiñe todo el relato, y con el afán de ser un mensaje integrador, hacen que el matrimonio tenga a una persona de color para así revertir esa primacía blanca que en el Disney del pasado se ha vivido.Pero con sólo modificar esos detalles no basta, y ni siquiera sumando humor, gracias a la sabiduría callejera de “vagabundo”, se puede impulsar una historia que peca de ingenua y a la que se le ven los hilos todo el largometraje.El guion de Andrew Bujalski (Support the girls) no logra capturar la esencia de un relato que hablaba de un momento específico de la vida americana, en donde el futuro podía ser imaginado como un horizonte plagado de expectativas, y en donde la vida en pareja respondía a mandatos sobre aquello que se esperaba que se cumpla en la sociedad, siendo humano o siendo un animal.La Dama y El Vagabundo pierde la oportunidad de reinventarse, con un artificio que tiñe la pantalla, imposibilitando su despegue del recuerdo y la generación de un nuevo universo, construyendo un mundo de utopías cumplidas en donde ni siquiera el contraste de clases y el choque de diferentes permiten empatizar con su historia plagada de lugares comunes y en donde el recuerdo de la predecesora, por intentar ser fiel a ella, termina opacando todo intento de innovación.
3.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS