Capitán de mar y de guerra

Greyhound: En la mira del enemigo

Tom Hanks le pone el pecho a esta producción original de Apple estrenada en su plataforma AppleTV: porque interpreta al comandante Ernest Krause, escribe la adaptación de la novela The Good Shepherd de Cecil Scott Forester, y produce el proyecto. El resultado es un film bélico marítimo muy entretenido basado en hechos reales.

Greyhound: En la mira del enemigo
miércoles 15 de julio de 2020
La historia se remonta a los tiempos de la Segunda Guerra Mundial cuando el Comandante Ernest Krause (Tom Hanks) es destinado al mando del destructor USS Keeling con el nombre en código Greyhound, a escoltar 37 barcos mercantes que suministran material de guerra a Gran Bretaña desde los Estados Unidos. La marina alemana despliega su flota de submarinos U-Boots con el objetivo de hundir a los buques aliados. Las horas en el medio del océano sin apoyo aéreo libran la denominada Batalla del Atlántico Norte.Greyhound: En la mira del enemigo (Greyhound, 2020) tiene todos los condimentos de una película bélica pura y dura. Salvo por la fugaz aparición de Elisabeth Shue como la prometida del comandante (el motivo para que el hombre regrese con vida a tierra firme), estamos ante una película de hombres que luchan con el patriotismo a flor de piel.El film reposa la mirada en el punto de vista del comandante, ese personaje ideal que Tom Hanks protagonizó desde Forrest Gump (1994) hasta acá, el estadounidense promedio que cumple sus sueños a fuerza de voluntad, templanza y actitudes nobles con quienes lo rodean. El sexagenario actor funciona como un padre para los jóvenes marineros a bordo de su buque, a quienes da órdenes pero también contiene y aconseja.Desde la óptica cinematográfica es interesante la construcción de la película, pensada desde espacios cerrados (siempre la cámara dentro del barco) como si se tratara de un film de submarinos. Lectura de cartas navales y posiciones en la pantalla, producen estrategias bélicas con el objetivo de esquivar los torpedos alemanes y acertar los misiles disparados al enemigo.Estamos ante un film claustrofóbico, que deambula entre el frío de las aguas que se siente en el ambiente y el movimiento constante del comandante (y con él de la cámara) por la cabina principal del buque. La tensión es generada por la expresiones estupefactas de los personajes en notorios planos cerrados, propias del peligro constante que enfrentan. Los submarinos no se ven y la amenaza es invisible. Hay un gran trabajo de diseño de las aguas agitadas por computadora que le dan un hiperrealismo a la batalla. Más a favor del film, que no se detiene en describir decorados exteriores sino en trasmitir las dudas humanas del comandante.El mensaje patriota e incluso bíblico, aparece como es lógico en este tipo de género. Pero como buen cine clásico se presiente secundario para una película que se centra en el personaje, sus valores humanos, responsabilidad y compromiso con la causa, pero también con llevar con vida a sus jóvenes subordinados hasta el destino anhelado.
7.0
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