Abracadabra, Manhattan

Black Magic for White Boys

Originalmente concebida como una serie televisiva y exhibida como tal hace unos años en el Festival de Tribeca, el escritor, director e intérprete Onur Tukel finalmente estrena Black Magic for White Boys (2019), ahora reeditada como una película de largometraje. El reciclaje es evidente por el tono casual y desabrido de las escenas, y la forma en que todas ocurren en un mismo plano de importancia. El efecto es el de un largometraje desprolijo sin una meta o prioridades claras.

Black Magic for White Boys
miércoles 06 de noviembre de 2019
La película es consistente en su desprolijidad. La cámara en mano le da un efecto accidental a las escenas, los diálogos parecen improvisados - delirios en busca de genialidad o aunque sea realismo - y con excepciones, el talante del elenco es más bien amateur. Ambientada en las partes menos vistosas de una Nueva York gris o nocturna, la película se alimenta de este tipo de crudezas. Hay una rara atracción en juego, contrastando personajes tan caprichosos y llenos de vida con el decrépito mundo que los aloja.En el centro de todo se encuentra Larry (Ronald Guttman), un viejo cascarrabias cuyo anticuado show de magia ya no atrae al público. Esto da pie a la mayor indulgencia de la película: Larry tiene un libro de magia real, y posee el poder de desaparecer y reaparecer gente a voluntad. Su esposa insiste en que no vuelva a usarlo y por ello se convierte en su primera víctima. Acto seguido comienza a emplear el hechizo en sus shows, recuperando su vieja gloria. No es magia de gran teatralidad: se representa con los mismos jump-cuts rudimentarios que George Méliès utilizaba para confeccionar sus ilusiones en film. El efecto mundano sume a la ficción en un realismo mágico.La película trata sobre tres hombres engreídos y egoístas. Larry es uno, diva que desprecia su nativa Paris a la vez que sufre la nostalgia de su gloria. Los otros son Oscar (el propio Onur Tukel), un vago profesional que ha perfeccionado un modo de vida cómodo y sin responsabilidades, y Jamie (Lou Jay Taylor), un zar de medio pelo del mercado inmobiliario. Ambos van a ver el show de Larry una noche con sus citas y quedan convencidos que el librito del mago es la solución para desaparecer - literalmente - sus problemas. Respectivamente: un bebé indeseado y unos inquilinos que rehúsan vender sus propiedades.Quizás debido a su origen serial, no es una trama que tenga un desarrollo muy cohesivo o incluso coherente. El libro en cuestión pasa de manos inexplicablemente, las motivaciones de los personajes fluctúan igual de caprichosamente y el conflicto tiende a saltar o detenerse por completo, como si faltaran escenas. Hay una metáfora en desarrollo, o posiblemente varias, sobre todo al comparar los recorridos y saldos de Oscar y Jamie, pero la onda y energía de la película están más en sintonía con un torbellino de ideas a medio tostar que con una alegoría dramática - aún cuando el concepto de desaparición forzosa cobra una triste pregnancia hacia el final.Oscilando entre comedia ligera y el más negro humor, entre casualidad y fatalidad, entre el artificio del sitcom y la crítica social, Black Magic for White Boys es una quimera inquietante que ya sea por diseño o por accidente resulta impredecible y fascinante.
7.0
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