Mucho ruido y pocas nueces

1996, Lucía y los cadáveres en la piscina

1996, Lucía y los cadáveres en la piscina (2018) es un documental dirigido por Marcos Migliavacca y Nahuel Lahora con un título demasiado llamativo para lo que termina por ofrecer.

1996, Lucía y los cadáveres en la piscina
martes 11 de septiembre de 2018
El título y los primeros minutos son un llamado a la acción irresistible que genera ganas de ver más: Grabada en un formato cuadrado con una textura y un color nostálgicos cual polaroid, se nos presenta a Lucía y sus particulares actividades.Lucía encuentra objetos en la calle y los mete en su casa. Se acuerda la historia de cómo los encontró, también como los transformó en objetos decorativos y habla de este comportamiento con seguridad y plenitud como si fuera parte de una filosofía de vida. Además trabaja vendiendo seguros de vida y en su forma de persuasión con los clientes mantiene un discurso que completa otro costado de este personaje que parece de una naturaleza cautivadora y extraña. Luego de este particular comienzo, la película toma un giro y acompaña a Lucía en una especie de escapada de fin de semana hacia un festival de música y audiovisual en el medio de un bosque. Cuando a las claras la potencia del documental estaba cargada sobre ese personaje y su espacio hogareño, la película se aleja y se descontextualiza. Este camino que se vuelve experimental pretende emular un pulso de vida azaroso y casual que rápidamente se desinfla y se vuelve un espiral vacío que además por la extensión de la película, aburre. Con la premisa pretenciosa de expresar “el estado de ánimo de una generación entera” fuerzan los sucesos para generar un alma que las imágenes en sí no tienen y que por más vuelta que le dieron, no logra. 
5.0
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